Una infraestructura verde que goza de buena salud ambiental mejora el bienestar y la salud de la ciudadanía
En el Día Mundial del Medio Ambiente, reunimos diferentes iniciativas e investigaciones que fomentan la accesibilidad a los espacios verdes del entorno urbano.
Un artículo científico coordinado por Paloma Cariñanos, vicepresidenta de la AEPJP y profesora titular de Botánica en la Universidad de Granada, realiza una aproximación al potencial alergénico de parques y jardines a través de la elaboración de un índice innovador.
Mejorar la calidad de vida y el bienestar ciudadano es uno de los beneficios principales que ofrecen los parques y jardines en el entorno urbano. Los ciudadanos acceden a los espacios verdes en busca de experiencias positivas y para ello resulta fundamental garantizar la salud ambiental en estos entornos. Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, exploramos diferentes iniciativas e investigaciones que contribuyen al uso de la infraestructura verde.
El desarrollo de un novedoso índice que estima la alergenicidad potencial de las zonas verdes urbanas es una de las propuestas que contribuye a mejorar la salud ambiental de los parques y jardines urbanos. Esta herramienta resulta de gran utilidad para minimizar el impacto de la alergia policlínica en la población, como demuestra el artículo científico ‘Salud Ambiental de los parques españoles: Aproximación al potencial alergénico de espacios verdes urbanos’, coordinado por Paloma Cariñanos, vicepresidenta de la junta directiva de la AEPJP y profesora titular de Botánica en la Universidad de Granada.
El análisis de parques de diferente tipología, diseño, tamaño y biodiversidad ubicados en 20 ciudades españolas ha permitido conocer cuáles son las especies que más contribuyen al valor que define el índice de alergenicidad. Se trata de aquellas con períodos de floración extensos y una estrategia de polinización anemófila, es decir, cuando el polen llega a las flores transportado por el viento. Estos requisitos los cumplen todas las especies de las familias Betuláceas, Cupresáceas y Moráceas, y en menor extensión, Oleáceas y Platanáceas. Cariñanos señala que “entre las causas que han incrementado el comportamiento alergógeno de la flora ornamental” se encuentran “la baja biodiversidad, la utilización masiva de unas pocas especies, la incorporación de nuevas especies de alergenicidad desconocida y sobre todo la interacción con los contaminantes atmosféricos presentes en el ambiente urbano”.
Esta investigación científica incide además en la variación del porcentaje de especies alergógenas sobre el total de especies presentes en los parques. Así, en el Campus de Ourense se registra un 17% y en el parque Miguel Servet de Huesca asciende hasta el 67%, mientras que hay otros espacios verdes en ciudades como Zaragoza, Pamplona y Oviedo donde los valores se encuentran cercanos al 50%. Ante esta situación, los profesionales recomiendan la introducción de especies diversas y el mantenimiento de una adecuada riqueza específica. Asimismo, recuerdan que “una buena cobertura arbórea permite que las especies de los parques contribuyan a la mejora de los servicios ecosistémicos prestados por la vegetación urbana”.
Otra de las investigaciones que subraya la importancia de preservar y fomentar la salud ambiental está desarrollada por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) con la participación de la Universidad Complutense de Madrid y ha sido publicada en ‘Environmental Pollution’. Liderada por el investigador del CIEMAT, Francisco Javier Gómez Moreno, demuestra que el interior del parque del Retiro presenta menor contaminación que el exterior de este espacio. Según los resultados cuantitativos, la presencia de partículas contaminantes es un 25% menor conforme la zona de medición se aleja 20 metros del exterior del parque madrileño y un 50% inferior cuando se alcanzan los 100 metros de distancia.
Fomentar la salud ambiental en los parques y jardines urbanos tomando como referencias de actuación diversos índices, como los vinculados al potencial de alergenicidad de las especies arbóreas y florales y la presencia de contaminantes, permitirá incrementar los beneficios que estos espacios verdes generan en el bienestar de la población.
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