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Un vistazo a la historia de la jardinería: Villandry

portada un vistazo a la historia de la jardinería: Villandry

El arte de la jardinería está expandido a lo largo de todo el mundo, de manera que, por donde vayamos, encontraremos diferentes tipos de jardines y parques que enriquecerán nuestro apetito estético e intelectual.

En el artículo de hoy, os proponemos conocer un poco más sobre la historia del Château de Villandry, un palacio de Francia, localizado en la comuna de Villandry, situado a 15 kilómetros de Tours.

CONTEXTO HISTÓRICO DEL CHÂTEAU DE VILLANDRY

Las tierras donde fue erguido el Château de Villandry eran conocidas como Colombier hasta al siglo XVII. La propiedad fue adquirida en el inicio del siglo XVII por Jean Le Breton, ministro de las finanzas durante el reinado de Francisco I, figurando sus armas sobre la lucarna de la izquierda.

Por cuenta de la Corona, Breton había dirigido durante largos años la construcción del Château de Chambord, junto al cual mandó erguir una réplica “en miniatura” de Villandry: el Château de Villesavin. Anteriormente, había sido embajador en Roma, donde pudo estudiar, los tiempos libres, el arte de los jardines.

Jean Le Breton, para construir el actual palacio, mandó arrasar una vieja fortaleza del siglo XII, de la cual restan sólo las fundaciones y la torre del homenaje que se encuentra por detrás del cour d’honneur (patio de honra). Fue en esta fortaleza donde tuvo lugar, el día 4 de Julio de 1189, la “Paix de Colombiers” (Paz de Colombiers – siendo Colombiers el nombre de Villandry en la Edad Media), en el curso de la cual Henrique II Plantageneta, Rey de Inglaterra, vino a la presencia de Filipe II, Rey de Francia, para reconocer su derrota.

Esta paz marca una etapa esencial del triunfo de la Dinastía Capetíngea sobre los grandes señores feudales, a la cabeza de los cuales se encontraban los Plantagenetas, cuyo inmenso dominio francés comprendía la Normandía, la Bretaña, la Maine, la Touraine, Anjou, Poitou y la Aquitania.

Los descendientes de Jean le Breton conservaron el Château de Villandry hasta 1754, año en que se hizo propiedad del Marqués de Castellane, embajador del Rey y miembro de una familia muy ilustre de la nobleza provenzal. Este último mandó construir las dependencias de estilo clásico que se pueden ver de un lado y del otro del adro. Mandó aún renovar el interior del palacio, adaptándolo a las normas del confort del siglo XVIII, más próximas a los conceptos actuales que las del Renacimiento.

HISTORIA DEL JARDÍN DE VILLANDRY

En el siglo XIX, el jardín tradicional fue destruido para dar lugar a un parque a la inglesa al estilo del Parque Monceau, en París.

En 1906 Joaquín Carvallo, un médico de Don Benito (Badajoz), compró con la fortuna de su esposa el castillo de Villandry, a orillas del río Cher, uno de los afluentes del Loira. 100 años después, su jardín neorrenacentista es el más visitado de Francia.

Carvallo había nacido en 1869 en Don Benito. La muerte temprana de su madre y la desaparición posterior de su padre, tras un segundo matrimonio, dejó a los ocho hermanos Carvallo en una difícil situación. Pero Joaquín, tras estudiar brillantemente la carrera de Medicina en Madrid, viajó a París a trabajar con el doctor Charles Richet, que en 1913 ganaría el Nobel por sus investigaciones en Fisiología.

Sin embargo, su vida dio un giro inesperado al coincidir en el laboratorio de Richet con una joven becaria de Lebanon (Pensilvania, EEUU), Ann Coleman, heredera de un importante negocio siderúrgico, de quien se enamoró mientras discutían acaloradamente sobre la guerra que entonces (1898) enfrentaba a sus países.

Con la fortuna de los Coleman, los Carvallo huyeron de París y buscaron una casa en la que vivir plácidamente con sus tres hijos y donde poder colgar la colección de arte español del XVII que habían ido acumulando y que hoy, 100 años después, muestra su bisnieto Henri a los visitantes: Zurbarán, Alonso Cano, Juan de Arellano, Berruguete…

Imbuido de una gran religiosidad, Carvallo abandonó la medicina y se dedicó en cuerpo y alma a devolver su antiguo esplendor a Villandry, un “caserón” semiderruido por el que había pagado 120.000 francos a un anciano farmacéutico local.

Entre los muros del castillo, el médico español abrazó el misticismo castellano de la mano de Santa Teresa, San Ignacio de Loyola y San Juan de la Cruz. “El arte -decía Carvallo- nace de una larga contemplación de la naturaleza mediante la cual el espíritu humano penetra en la esencia íntima de las cosas… y se eleva hasta Dios en un esfuerzo supremo“.

La semana que viene continuaremos con la historia de Villandry, además de daros a conocer la estructura de los jardines y detalles sobre su flora.

 

Agradecemos a Francesco Burgos su colaboración en la elaboración de este artículo.

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