Un informe de la OMS describe nuevos enfoques para evaluar los beneficios de los espacios verdes en la salud de la población
La investigación científica está liderada por la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud y cuenta con la participación del Centro Europeo de Medio Ambiente y Salud Humana de la Universidad de Exeter.
La planificación y el diseño urbano deben tener en cuenta el valor de la naturaleza desde una perspectiva de bienestar, social, ambiental y económica.
El informe ‘Assesing the value of urban green and blue spaces por health and well-being’ de la Organización Mundial de la Salud (OMS) supone un nuevo avance en la evaluación de los beneficios de parques y jardines en la salud de las personas que residen en entornos urbanos. El documento, elaborado por la Región Europea de la OMS junto al Centro Europeo de Medio Ambiente y Salud, también pone el foco en las aportaciones de los espacios azules de las ciudades.
Un total de 13 secciones componen este informe de la OMS, que determina una serie de pautas para evaluar el impacto de los parques y jardines en la salud. La identificación de elementos como la infraestructura verde, las condiciones de salud, la población alcanzada, y los impactos positivos y negativos sobre el bienestar humano forman parte de este proceso de valoración y planificación. En este sentido, el estudio destaca el valor saludable de un espacio natural limitado en las ciudades al que tienen acceso un gran número de personas frente a otros lugares naturales que se encuentran fuera de las áreas urbanas y cuyo acceso está reservado al uso de medios de desplazamiento.
Entre los beneficios de la infraestructura verde, este estudio destaca cuatro ámbitos: medioambientales, sociales, culturales y aquellos vinculados al bienestar y la salud, tanto física como mental. Aunque cada uno presenta resultados específicos, todos ellos están interrelacionados en la medida que la socialización que tiene lugar en los parques y jardines verdes contribuye al estado anímico de los ciudadanos.
La guía incorpora además casos de estudio desarrollados en diversas ciudades europeas que reflejan de una manera práctica los beneficios de los parques, jardines y otro tipo de elementos naturales de las ciudades, como los lagos. Entre ellos, destaca una investigación que tiene lugar en la ciudad polaca de Varsovia y que demuestra la capacidad de los árboles para reducir la polución del aire, así como su efecto de elemento refugio climático que limita las altas temperaturas y los golpes de calor sufridos por la población. Además, el arbolado minimiza la contaminación acústica en el medio urbano. Todos estos efectos positivos se ven reafirmados por artículos científicos que demuestran que pasar 120 minutos a la semana en entornos naturales contribuye a la mejora de la salud y el bienestar personal.
La realización de actividad física en los espacios verdes de las ciudades es otro de los supuestos que incluye este informe de la OMS, a través de un caso en la ciudad de Getxo, en España. Con un horizonte de desarrollo de 20 años, el proyecto Thinking Fadura se puso en marcha en 2020 para valorar el impacto en la salud del ejercicio y la estancia en zonas renaturalizadas. Por el momento, se estima que la realización de 30 minutos de actividades moderadas por parte de la población de este entorno urbano generará un valor económico cercano a los 600.000 euros, según el indicador de estado de la salud QALY, a lo largo de estas dos próximas décadas. También se recoge una experiencia similar a través la recuperación del río Besòs, en Barcelona, y sus consiguientes beneficios saludables.
La accesibilidad e inclusión de los espacios verdes a través de los elementos naturales es otro de los aspectos positivos contemplados en este documento, puesto que el uso y disfrute de los parques y jardines por parte de las personas con discapacidades físicas o intelectuales supone un gran valor para su salud y su bienestar.
En sus apartados finales, el informe de la OMS aporta una serie de cuestiones científicas a las que deben darse respuesta en futuras investigaciones y destaca una serie de propuestas para extender los beneficios saludables de los parques y jardines entre la población. Entre ellas, figuran el manejo de herramientas que permitan cuantificar el impacto en la salud mental y física, el diseño accesible de estos espacios, y la promoción de este impacto positivo a través de las actuaciones institucionales y la investigación científica. Siempre desde el enfoque de la salud física y mental y el bienestar de la población a través de la trama verde en las ciudades.
Leer más en: https://www.who.int/europe/publications/i/item/WHO-EURO-2023-7508-47275-69347
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