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Técnicas modernas y participación social ayudan a mantener estable la población de abejas en las ciudades de Holanda

portada abejas holanda

Cuidar de los espacios verdes urbanos, no es sólo ser capaces de ofrecer una gestión eficiente sobre el patrimonio vegetal, también el cuidado de la fauna de los parques y jardines es esencial para lograr espacios resilientes.

En este aspecto, es necesario destacar que las poblaciones de abejas y polinizadores están disminuyendo rápidamente, y que de ellas depende en gran medida la producción de alimentos y la biodiversidad terrestre.

Una situación alarmante, ya que estos insectos contribuyen con la polinización de casi tres cuartas partes de las plantas, las cuales, producen el 90 por ciento de los alimentos del mundo.

Además, los polinizadores tienen un gran impacto positivo, tanto en los espacios verdes urbanos, como en el medio ambiente en general, ya que ayudan a mantener la biodiversidad y los diferentes ecosistemas.

Sin embargo, ajenos a esta realidad que vive gran parte del mundo, en las ciudades holandesas la población de abejas se mantiene estable gracias a su estrategia para los polinizadores.

Apostar por la concienciación y el fomento por los cuidados de la naturaleza urbana

Holanda ha creado un extenso plan para la naturalización urbana, que incluye “hoteles para abejas”, “oasis para abejas” e incluso, una “autopista de miel”. Así se denominan algunas de las técnicas que los gestores de espacios verdes de Países Bajos están utilizando para mantener de forma estable la población de abejas urbanas en los últimos años.

Sin embargo, una gestión eficiente del verde urbano debe estar acompañada del fomento al cuidado por la naturaleza urbana, y en Holanda han sabido hacer las dos cosas, ya que, para desarrollar correctamente estos planes, han llegado a participar más de 11.000 personas durante el pasado mes de abril, como parte de la cuarta edición del censo nacional de abejas.

Los voluntarios, armados con la lista de las abejas más comunes en esta época del año, pasaron 30 minutos en sus jardines registrando a sus apiarios visitantes. Al cierre de la presentación de datos el domingo 18 de abril, se habían contabilizado más de 200.000 abejas y sírfidos (moscas con apariencia de abejas).

Los resultados fueron constantes. Vincent Kalkman, entomólogo de Naturalis, una de las organizaciones detrás del censo, afirma que: “Se registró un promedio de 18 a 20 abejas y sírfidos en cada jardín durante el conteo. Estos números se han mantenido estables a lo largo de los años, lo que indica que no hay una disminución en los jardines urbanos “. El censo tiene como objetivo recopilar datos durante cinco años antes de sacar conclusiones definitivas sobre las tendencias de la población de abejas.

Toda la información en el siguiente enlace.

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