Técnicas básicas para plantar
Tras planificar el jardín y evaluar el tipo de suelo y la orientación, ya se puede proceder a plantar. Para obtener ejemplares fuertes y sanos que le deparen despliegues año tras año, cread las mejores condiciones desde el principio mejorando el sustrato. Elegid un día en el que el suelo no esté helado ni escarchado y aseguraos de que no haya malas hierbas. Regad bien con antelación y de nuevo después de plantar.
Elegid plantas sanas
Antes de ir a la tienda de jardinería o al vivero, haced una lista y tratad de ceñiros a ella para evitar las compras impulsivas. Si no encontráis alguna planta, acordaos de comprobar las condiciones de crecimiento y el tamaño que alcanzará la sustituta para aseguraos previamente de su correcta adaptación.
Examinad todas las plantas y elegid el ejemplar más sano. Buscad en las hojas y los tallos signos de plagas o enfermedades, y descartad las que tengan hojas marchitas. Dad la vuelta a la maceta y comprobad si hay una masa de raíces creciendo a través de los orificios de drenaje, una señal de que la planta lleva demasiado tiempo en la maceta. Las plantas deben tener capullos voluminosos y muchas hojas en los tallos.
Preparación del suelo
Dedicad unas horas a preparar el suelo antes de plantar. Retirad las piedras grandes y las malas hierbas, y cavad para eliminar todo el sistema de raíces de las perennes, como los dientes de león. Arrancadlas primero a mano, y aplicad si es necesario un herbicida para erradicar las más perniciosas, como el convólvulo, el pie de cabra, la Fallopia japonica, la cola de caballo, las ortigas o las zarzas. Si las malas hierbas son realmente problemáticas, cubrid el emplazamiento con moqueta vieja o plástico durante varias temporadas: la barrera física y la falta de luz y humedad impedirán que germinen y crezcan.
Abonad el suelo
Cuando plantéis un nuevo bancal o arriate, enriqueced el suelo con materia orgánica descompuesta, como estiércol o compost, antes de plantar. Aplicad un mantillo de materia orgánica alrededor de las plantas de los arriates ya existentes.
En los terrenos grandes, excavad zanjas de la misma profundidad que la longitud de la pala e incorporad estiércol en la base de cada zanja. También podéis extender una capa de 8 cm de materia orgánica por el bancal e incorporarla a los primeros 15 cm de suelo. Si el terreno es muy arcilloso, añadid gravilla hortícola para mejorar el drenaje. Por último, rastrillad.