Salud mental y naturaleza urbana, ¿cómo están relacionados?
Tras el confinamiento propiciado en primavera de 2020 por la covid-19, pudimos vivir una revalorización de los espacios verdes urbanos como lugares donde los ciudadanos pueden encontrar tranquilidad, ocio y naturaleza a unos pasos de casa. Un verdadero oasis de tranquilidad en medio del clima de incertidumbre vivida en esos momentos.
Cuidar de la salud mental es vital para los seres humanos, y la manera en que ésta se encuentra relacionada con el disfrute de la naturaleza urbana ya no es un misterio. La revista científica Nature ha publicado un nuevo estudio en el que encuentra una correlación entre la naturaleza urbana y los efectos positivos en la salud mental.
Según el estudio, el futuro de la conservación de la biodiversidad y la salud de las personas depende de los paisajes urbanos y de las respectivas decisiones de planificación urbana.
Los hallazgos sugieren que los árboles viarios y los espacios verdes urbanos a pequeña escala, y accesibles al público, podrían contribuir a crear un “entorno equigénico” mediante soluciones basadas en la naturaleza que pueden ayudar a cerrar la brecha en las desigualdades de salud entre las personas con niveles socio económicos divergentes.
La incorporación de la experiencia de la naturaleza no intencional en la vida cotidiana y en el hogar puede ser importante para la salud mental. Como tal, los árboles urbanos deben distribuirse de forma equitativa en la ciudad para garantizar que aquellos socialmente desfavorecidos tengan el mismo acceso a la naturaleza cercana, salvaguardando así la equidad en la salud urbana y previniendo así la aparición de la denominada “gentrificación verde”, que ocurre cuando el espacio urbano reserva los espacios verdes para los más favorecidos económicamente.
Como los trabajadores con un bajo estatus socio-económico tienen más probabilidades de que se les receten antidepresivos, los modelos de medición de servicios ecosistémicos pueden cuantificar el ahorro en absentismo y en el sistema de salud pública utilizando como referencia proyectos de plantación de árboles urbanos.
Los autores del estudio proponen que actualizar la traza de las calles existentes por medio de la plantación de árboles en áreas urbanas puede promover una mejor salud mental, reducir las desigualdades sociales y contribuir a alcanzar múltiples Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según los autores “nuestro análisis encontró alguna evidencia de que una mayor densidad de árboles en la calle en un radio de 100 metros alrededor de la casa se asocia con menos prescripciones de antidepresivos”.
Sin duda, una conclusión muy importante que demuestra el valor que tiene cuidar de los espacios verdes urbanos por el bien de la ciudadanía.
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