La protección de la biodiversidad como base para la gestión en la nueva Estrategia Nacional para la Conservación de los Polinizadores.
El MITECO ha presentado la Estrategia Nacional para la Conservación de los Polinizadores.
Esta estrategia plantea la integración de acciones específicas en la gestión de los espacios verdes urbanos, periurbanos y en los programas de desarrollo rural. Propone estudiar la incorporación en el diseño de la nueva PAC de determinados aspectos directamente relacionados con la conservación y el fomento de hábitats para los polinizadores, a través de una gestión que favorezca, entre otros, la presencia de al menos el 10 % de la superficie agraria de elementos paisajísticos de gran diversidad, incluyendo, franjas de protección, tierras retiradas de la producción sobre la base o no de la rotación, setos, árboles no productivos, bancales y estanques. Plantea la conservación de lindes, la instalación de márgenes florales de especies vegetales atractivas para los polinizadores, cubiertas herbáceas en calles de cultivos leñosos, y el mantenimiento de islas de biodiversidad.
La distribución de estos terrenos habrá de garantizar la conectividad entre hábitats, y la mejora de los gradientes estructurales de la vegetación en lugares de interés para los polinizadores. También propone el fomento de la agricultura ecológica, con el objetivo de que el 25% de las tierras agrarias se manejen con estos métodos para 2030. Con el fin de reforzar el componente ambiental de las ayudas de la PAC se establece el pago para prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente -el denominado “Pago Verde” o “Greening”-destinado a los agricultores que observen las siguientes prácticas: diversificación de cultivos, mantenimiento de pastos permanentes o disponer de superficies de interés ecológico en sus explotaciones.
En cuanto a los fitosanitarios, sugiere minimizar su uso “mediante la conservación de los suelos, la utilización de variedades vegetales mejor adaptadas a las distintas zonas agroclimáticas, potenciando variedades con polinización cruzada y reforzando el empleo de sistemas alternativos, en su caso, de control biológico”. Plantea también el uso de sistemas que minimicen la exposición de los polinizadores a estos productos y evitar la aplicación de algunos de ellos en determinadas fechas en función de la actividad y la fisiología de los insectos. Entre las otras medidas incluidas en la estrategia figuran la identificación y conservación de las poblaciones más amenazadas; la implementación de infraestructuras verdes para conservar especies y hábitats o la promoción en apicultura de la especie autóctona Apis mellifera iberiensis para la conservación de la diversidad genética

Ejemplo de iniciativa que fomenta la biodiversidad (Isla de la Biodiversidad en Huesca)
Su conservación exige, además, la preservación de los hábitats imprescindibles para su supervivencia aplicando, una vez identificados y evaluados, medidas y acciones de protección que podrán integrarse en los instrumentos de gestión existentes o futuros. Estos elementos del territorio deberán estar adecuadamente interconectados, un aspecto para el que las iniciativas relacionadas con la infraestructura verde podrán desempeñar un papel clave en un futuro inmediato. A través de la Infraestructura Verde y de la integración en la planificación territorial, la Iniciativa de la UE sobre los polinizadores contempla el desarrollo de acciones a escala de paisaje para la conservación de los hábitats de los polinizadores. En el contexto español se encuentra en elaboración la Estrategia Estatal de Infraestructura Verde y de la Conectividad y la Restauración Ecológicas, y promover las buenas prácticas para la promoción y la conservación de hábitats naturales y seminaturales en el entorno de los cultivos, con la creación y mantenimiento de cubiertas vegetales en cultivos leñosos con presencia de especies de flora de interés para los polinizadores.
Es un objetivo principal favorecer alternativas al uso de productos fitosanitarios en áreas urbanas y en el entorno de infraestructuras y contemplar entre los objetivos de conservación el fomento de la Gestión Integrada de Plagas (GIP) para preservar un sector agrícola, forestal y alimentario próspero, que asegure una contribución positiva al medio ambiente, mediante un modelo sostenible de producción compatible con la utilización racional de productos fitosanitarios. En este contexto, son numerosas las posibles iniciativas a emprender con el objetivo de reducir el riesgo para los polinizadores del uso de productos fitosanitarios en ambientes rurales, urbanos y periurbanos. Conocer cuáles son las técnicas más adecuadas que eviten los riesgos asociados al uso de estos productos y promover el máximo conocimiento entre los responsables de su aplicación ha de constituir una prioridad. En el contexto de la GIP se ha reconocido la existencia de ámbitos naturales singularmente sensibles, las denominadas zonas de protección.
En las áreas urbanas y en el entorno de grandes infraestructuras de comunicación, transporte, energía y otros servicios, donde existen zonas naturales con presencia de polinizadores en un ámbito en el que no abundan los hábitats valiosos, su conservación requiere una atención especial. La gestión de la cubierta vegetal en estas zonas suele orientarse a la eliminación de la vegetación próxima a infraestructuras para la prevención de incendios y al mantenimiento de zonas ajardinadas tradicionales. Como parte de la Estrategia de la UE sobre biodiversidad para 20305, entre los compromisos fundamentales a 2030 del Plan de Recuperación de la Naturaleza de la UE se plantea el objetivo de conseguir que no se utilicen plaguicidas químicos en zonas sensibles, como los espacios verdes urbanos de la UE. Asimismo, se hace un llamamiento a limitar la siega del césped en espacios verdes urbanos, y otras prácticas perjudiciales para la biodiversidad. Se plantea ofrecer directrices para el uso sostenible de productos fitosanitarios en ámbitos urbanos que alberguen hábitats para los polinizadores y en grandes infraestructuras, con el objetivo de conseguir que, para 2030, se haya eliminado el uso de plaguicidas en los espacios verdes urbanos.
Por otro lado, la Estrategia de biodiversidad de la UE para 2030 hace un llamamiento a las ciudades europeas de 20.000 habitantes o más para que elaboren, antes de finales de 2021, ambiciosos planes de ecologización urbana que incluyan medidas para crear bosques urbanos, parques y jardines accesibles y ricos en biodiversidad; granjas urbanas; muros y cubiertas verdes; calles arboladas; praderas urbanas y setos urbanos. Además, deben contribuir a mejorar las conexiones entre espacios verdes, eliminar el uso de plaguicidas y limitar la siega excesiva del césped en espacios verdes urbanos y otras prácticas perjudiciales para la biodiversidad. Estos instrumentos suponen una oportunidad para integrar medidas y principios que favorezcan la conservación de polinizadores en las áreas urbanas.