Parques con laberintos: alternativas de ocio sostenibles y naturales
Madrid, Barcelona o Cartagena son algunas de las ciudades que tienen parques con laberintos en su interior y ofrecen una forma diferente de disfrutar del turismo.
Impulsar el ecoturismo ayuda a crear conciencia cultural y respeto ambiental, y brinda experiencias positivas para los turistas y los ciudadanos locales.
España guarda tesoros naturales en los que perderse, como son el Jardín El Capricho de la Alameda de Osuna de Madrid y el Parque de Horta de Barcelona. Siguiendo el espíritu de nuestra propuesta estival Turistea en verde, os proponemos visitar estos espacios verdes, que se convierten en espacios alternativos de ocio y entretenimiento para todos los públicos.
Las estructuras y propuestas de estos y otros espacios verdes con laberintos en su interior llaman la atención cada año a miles de visitantes dispuestos a refugiarse del calor en entornos naturales y animan a descubrir lugares de reconexión y descanso.
Barcelona cuenta con un parque natural que guarda en su interior un laberinto. Se trata del Parque de Horta, un jardín histórico ubicado en Horta-Guinardó de Barcelona y que data del año 1794. Este espacio tiene numerosas obras de arte, así como diversos estanques, cascadas, fuentes y un canal que recorre la parte superior. El laberinto lo preside la estatua de Eros.
Otra de las propuestas para turistear en verde es el laberinto del Jardín El Capricho de la Alameda de Osuna, en Madrid. Formado por laureles, para llegar al centro hay que recorrer casi 400 metros de pasillos. Construido para los Duques de Osuna entre 1787 y 1839, el laberinto fue concebido para el juego amoroso y los escondites.
El Real Sitio de San Ildefonso, situado en Segovia, esconde en sus jardines el laberinto más grande de toda España. Se extiende a lo largo de dos hectáreas y media de superficie y fue diseñado por el naturalista francés Dezallier d’Argenville en 1713.
En el norte de España se encuentra el Laberinto de Villapresente, concretamente en el municipio cántabro de Reocín. Descubrir los secretos de este entramado de cip, con 5.625 metros cuadrados de extensión, lleva entre 30 minutos y una hora a los cerca de 30.000 visitantes que recibe cada año. Su diseño está inspirado en los laberintos ingleses de los siglos XVIII y XIX.
La presencia de losas de pizarra es la característica diferencial del laberinto interior del Jardín del Pazo de Tor, en Monforte de Lemos (Lugo). Este entresijo natural consta de cuatro circuitos en espiral con un estanque de agua en el centro.
La Casa Tápena de Onil forma parte del espacio natural y el área recreativa de la provincia alicantina. El laberinto ocupa una superficie aproximada de 1.800 metros cuadrados y está formado por setos de cipreses que esconden una leyenda transformada en un curioso reto. Se dice que los visitantes deben llegar al centro, tocar el cedro con los ojos cerrados y pedir un deseo. Después, deben salir del laberinto sin perderse ni hacer trampa para hacerlo realidad.
Terminamos este artículo con el laberinto del Parque de Tentegorra, en Cartagena (Murcia), que presenta el recorrido más largo de España: un total de 5 kilómetros. Está compuesto por una variedad de cipreses leylandi, con dos metros de altura que impiden la orientación de los visitantes. A través de las 12 puertas de este laberinto, los amantes del reto pueden configurar su recorrido a su voluntad. En todos los casos, el objetivo es llegar al mirador central desde el que ser testigo de las distintas espirales y el recorrido natural.
Estas propuestas de turismo verde contribuyen a la conservación de la naturaleza, el conocimiento de la identidad cultural, el fomento de la conciencia medioambiental y la reducción del impacto en el medio ambiente y la naturaleza.
Más información en https://www.aepjp.es/vivir-los-parques/
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