Más de 100 países se comprometen a mejorar en la acción contra el cambio climático durante la COP26
Entre los días 31 de octubre y 12 de noviembre se celebró en Glasgow la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021. En esta reunión participaron representantes de principales países del mundo como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y España.
A lo largo de este evento se trataron los principales desafíos que afrontan las instituciones ante el cambio climático, y qué medidas son necesarias para superar los retos del presente y el futuro en materia de sostenibilidad.
Como forma de concluir el congreso se realizó una declaración conjunta entre todos los países participantes, que se comprometían a tomar diferentes acciones para limitar el avance de este cambio climático imparable.
Un acuerdo con muchos compromisos, pero insuficientes y no vinculantes
Como ya viene siendo habitual en este tipo de cumbres, las propuestas de declaración final presentadas por el presidente de la COP26, Alok Sharma, el jueves 11 y, especialmente, el viernes 12 no consiguieron el consenso necesario para ser aprobadas. Las conversaciones se alargaron hasta la tarde del sábado día 13 sobre una nueva versión del documento. Finalmente se aprobó la declaración final de la COP, aunque las delegaciones de muchos países, ONG ambientalistas, observadores internacionales, medios de comunicación e instituciones académicas y científicas reconocen que esta COP no ha estado a la altura de las expectativas.
Hay que recordar que las declaraciones oficiales de las COP han de ser aprobadas por todas las partes; es decir por los más de 190 países participantes de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, CMNUCC (UNFCCC, por sus siglas en inglés), algo que sin duda complica enormemente las resoluciones finales.
Para quedarnos por debajo de un aumento de 2º, los informes científicos indican que habría que reducir un 45% las emisiones en 2030. Este dato está incorporado a la declaración final aprobada. Sin embargo. a fecha de hoy y con todos los compromisos nacionales puesto sobre la mesa, las emisiones aumentarían algo más de un 13% en 2030. La diferencia es enorme, lo que significa que en estos próximos años habrá que replantearse fórmulas para aumentar el compromiso para reducir emisiones. En este sentido, la COP26 no ha aportada avances significativos.
Mientras que algunos actores se han alineado con las recomendaciones del IPCC (por ejemplo, la UE tiene previsto un recorte de emisiones del 55% para 2030 y neutralidad climática en 2050), varios países en vías de desarrollo reivindican su “derecho” a tener un crecimiento económico e industrial sin limitaciones a medio plazo en sus emisiones, dado que los causantes históricos del calentamiento global han sido los países desarrollados. Esta pugna se ha verbalizado especialmente en dos aspectos: los limites al uso de los combustibles fósiles y la gestión de las contribuciones económicos que los países ricos se comprometieron en el Acuerdo de París de 2015 a aportar a las economías en desarrollo para mejorar su mitigación y adaptación. En ambos puntos a COP26 ha resultado un tanto decepcionante.
Literalmente, la declaración “destaca la urgencia de mejorar la ambición y la acción en relación con la mitigación, la adaptación y la financiación en esta década crítica para abordar las brechas entre los esfuerzos actuales y las vías en la búsqueda del objetivo último de la Convención y su meta mundial a largo plazo”.
Claves de la declaración final
La sensación generalizada es que se ha perdido un año más (sumado a 2020, cuando hubo que retrasar la COP) para apretar los dientes y forzar avances más tangibles en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, otros actores implicados en la cumbre recalcan que se han hecho importantes avances y que esta declaración de Glasgow sienta las bases para lanzar medidas más potentes entre 2022 y 2030.
Mitigación/reducción de emisiones
El documento final reconoce que la suma de todos los compromisos de recortes de emisiones presentadas hasta el momento por los casi 200 países que forman la COP no son suficientes para dejar el incremento de temperatura por debajo de 2º, y mucho menos por debajo de 1,5º, a lo largo de este siglo.
La actual ambición climática no ha mejorado, aunque se pide (no es vinculante) a los países que aumenten su compromiso de reducción de emisiones durante 2022 para poder llegar a 2030 con un escenario algo más positivo que el actual y así aspirar a la otra gran meta de Naciones Unidas: la neutralidad climática en 2050, que es emitir solo lo que los sumideros de carbono, como bosques y océanos, pueden absorber de manera natural). La declaración “invita a las Partes (los países) a considerar nuevas medidas para reducir para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero distintos del dióxido de carbono, incluido el metano”.
Combustibles fósiles
Se hace una importante referencia a la necesidad de ir abandonando progresivamente tanto el uso del carbón como las subvenciones en todo tipo de combustibles fósiles. Este es uno de los puntos que mantuvo en vilo el cierre de la COP hasta el último momento, pues el primer borrador de declaración final propuesto por la presidencia de la Cumbre hablaba directamente de eliminar progresivamente el uso del carbón. La negativa a aceptar estos términos de países como India, Rusia o Australia, provocó que se cambiara este párrafo en la versión final, rebajando las expectativas e incluyendo alguna que otra palabra que invita a dobles lecturas: “hacer la transición hacia sistemas energéticos de bajas emisiones, incluso aumentando rápidamente el despliegue de generación de energía limpia y medidas de eficiencia energética, incluida la aceleración de los esfuerzos hacia la eliminación progresiva de la energía a base de carbón y la eliminación gradual de los subsidios ineficientes a los combustibles”.
Financiación
La declaración final reconoce que no se está cumpliendo con el apoyo financiero de los países desarrollados a los países en desarrollo para ayudarles en su transición hacia una economía descarbonizada y en la mitigación de sus emisiones. El Acuerdo de París proponía ayudas por 100.000 millones de dólares al año, pero está cantidad no se ha alcanzado, y no se alcanzará tampoco en 2021. Se insta a los países desarrollados a cumplir con este objetivo e incluso a ampliar la financiación a los países en desarrollo para poder alcanzar los objetivos del Acuerdo de París (esta revisión al alza se aplaza hasta 2025).
En cuanto a los fondos para mejorar la adaptación de los países en desarrollo, la declaración pide que se dupliquen los fondos para 2025 en relación con los comprometidos en el año 2019. Además, se da continuidad a los acuerdos previos sobre los fondos para “pérdidas y daños” causados por los impactos del cambio climático, pero no se decide crear un fondo concreto para ello, sino solamente “iniciar un diálogo para crear el fondo”.
Artículo 6 del Acuerdo de París
No se ha llegado a una aprobación definitiva y cerrada de este artículo que regulará los futuros mercados de carbono. Se ha avanzado en la aprobación de determinadas reglas de funcionamiento y en aspectos muy técnicos para allanara su futura implementación, dejando abierta la puerta a posteriores negociaciones.
Acuerdos, declaraciones y alianzas importantes alcanzados entre países
Durante la COP26 se han producido numerosos compromisos, acuerdos y declaraciones conjuntas entre diversos países. Hay que recordar que estos acuerdos, aunque se han producido en el contexto de la COP, no son documentos oficiales de la cumbre ni de la CMNUCC. Tampoco son vinculantes; es decir los países firmantes no están obligados legalmente a cumplir los objetivos acordados. Aún así, hay acuerdos muy esperanzadores sobre el final del uso de carbón, la movilidad y el transporte, la protección de los bosques o el futuro de un sistema alimentario más sostenible
Abandono del carbón: ha habido varias declaraciones firmadas por distintos países y entidades: 23 estados (entre ellos España) se comprometen a no invertir más en nuevas centrales de carbón y a eliminarlo de su modelo energético; varias e importantes instituciones financieras no seguirán apoyando a la industria del carbón; 28 países (ya son 165 en esta alianza) se suman para eliminar definitivamente el carbón de su mix energético, y 25 países y varias instituciones financieras se han comprometido a no hacer más inversiones en el extranjero relacionadas con el carbón.
Metano. La Unión Europea (UE) y Estados Unidos han impulsado una alianza para reducir esta década un 30% las emisiones de metano. A esta alianza se han sumado un centenar de países que, de cumplir el objetivo, permitiría limitar el aumento de las temperaturas en 0,2 grados en 2050.
Vehículos emisiones cero. Un centenar de firmantes, entre países y fabricantes, han lanzado una alianza para que “todas las ventas de camionetas y automóviles nuevos sean cero emisiones a nivel mundial para 2040, y a más tardar en 2035 en los principales mercados”. Entre los firmantes están Reino Unido, Canadá, India, Países Bajos, Austria, Noruega, Chile y Dinamarca, y los fabricantes Ford, General Motors, Volvo, Mercedes-Benz, Jaguar Land Rover y la china BYD.
Declaración de las mujeres líderes en acción climática. Una treintena de mujeres líderes en acción climática firmaron esta Declaración que llama a la necesidad de más acción, hechos y solidaridad para responder a los desafíos del cambio climático. Fue una iniciativa de la vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno español, Teresa Ribera, y Laurence Tubiana, quien fue la embajadora francesa de Cambio Climático en la COP21, donde se adoptó el Acuerdo de París.
China y Estados Unidos han presentado en el marco de la Cumbre u na declaración bilateral en la que se comprometen a trabajar para acelerar durante esta década la lucha contra el cambio climático.
Ecosistemas terrestres. Más de 100 países han firmado una declaración sobre los bosques y el uso de la tierra para frenar la deforestación. Los firmantes, que suman el 85% de los bosques del mundo, abogan por reafirmar sus compromisos, colectivos e individuales, con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, la Convención sobre la Diversidad Biológica, la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y y otras iniciativas relevantes. Reconocen que para cumplir con estos objetivos de uso de la tierra, clima, biodiversidad y desarrollo sostenible se requerirán más acciones transformadoras en las áreas interconectadas de producción y consumo sostenibles; desarrollo de infraestructura; comercio; finanzas e inversiones, y apoyo a los pequeños agricultores, los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Declaración de Glasgow sobre la Alimentación y el Clima. El objetivo de este documento es hacer una llamada a las autoridades subnacionales y locales para que se comprometan a desarrollar políticas de alimentación sostenible y pidan a los gobiernos nacionales que sitúen la alimentación y la agricultura en el centro de la respuesta a la emergencia climática. La declaración consta de 16 puntos en los que se pone de relieve la conexión entre los sistemas alimentarios y la crisis climática
Transporte marítimo. Con la Declaración de Clydebank los estados signatarios se comprometen a establecer “corredores marítimos verdes” para rebajar las emisiones del transporte de mercancías.
Carlos Martí, Director de la revista Ciudad Sostenible.
El conocimiento,
da sus frutos
RECIBE NUESTRA
NEWSLETTER