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Los proyectos urbanos de micronaturalización brindan un salvavidas a la naturaleza

Los proyectos urbanos de micronaturalización brindan un salvavidas a la naturaleza

Los Alcorques Vivos y las Islas de Biodiversidad, paradigmas en España de este nuevo modelo de naturalización.

Más de dos tercios de la población mundial vivirá en áreas urbanas para 2050, según Naciones Unidas.

¿Sabéis en qué consiste la micronaturalización? Los expertos utilizan este término para referirse a una serie de proyectos y movimientos locales que impulsan una mayor naturalización urbana y que actúan a pequeña escala en todo el mundo. En España, los ejemplos más conocidos de este nuevo modelo son los Alcorques Vivos y las Islas de Biodiversidad.

Esta especie de salvavidas para la naturaleza permite reparar el daño ambiental que la humanidad ha causado en los últimos siglos. Una de sus premisas principales de funcionamiento es que los procesos naturales restauren los paisajes dañados, un hecho que ya se comprobó durante la pandemia de la covid-19, cuando en los periodos de aislamiento se vieron a jabalíes vagando por las ciudades italianas, cabras en las calles de Gales y gansos egipcios en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv.

La apuesta por la renaturalización, en la que ya incidía en 2019 nuestro actual presidente Pedro Calaza, está avalada por un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que estima que para 2050 más de dos tercios de la población mundial vivirá en áreas urbanas y la resiliencia de las ciudades dependerá de una “transición climática fundamental”.

Ciudades inteligentes, sostenibles y resilientes que aprovechan el poder de la naturaleza

Durante años, expone el informe de Naciones Unidas, la historia de las ciudades se ha centrado en intentar crear un lugar para los humanos fuera de la naturaleza”. En la actualidad, “cada vez nos damos más cuenta de que las ciudades inteligentes, sostenibles y resilientes necesitan aprovechar el poder de la naturaleza”, añade. Y en ello consiste la micronaturalización.

La micronaturalización tiene que ver con la naturaleza, y con nuestra relación con la naturaleza. En entornos urbanos, en gran parte por falta de acceso, muchas personas han olvidado cómo coexistir con la vida silvestre. A través de esfuerzos en ámbitos locales, se puede restaurar esa relación. De hecho, los estudios muestran que cuando las personas participan activamente en la restauración y mejora de los espacios verdes establecen una conexión con esos espacios y un sentido de pertenencia a ellos.

‘Rewilding’ y Alcorques Vivos, entre las prácticas de micronaturalización

A continuación, compartimos algunas de las prácticas de micronaturalización, como el ‘rewilding’, que consiste en devolver al estado inicial a ciertas partes del terreno natural o de los elementos fluviales. Una muestra de este método son los jardines ‘High Line’ en la ciudad de Nueva York. Los alcorques vivos son otra de las fórmulas para revitalizar la biodiversidad e incrementar la presencia de naturaleza en los entornos urbanos. Ciudades en España como Vitoria, Huesca (especialmente con sus Alcorques Vivos e Islas de Biodiversidad), Córdoba, Barcelona, San Sebastián, Zaragoza, Burgos y Rivas Vaciamadrid apuestan por su plantación con especies como Medicago lupulina, Mostaza blanca, Phacelia, Trébol de Alejandría y Veza común, entre otras.

Como explicó en uno de los webinars #HablandoEnVerde José María Mompím, jefe del servicio de Paisaje Urbano y Justicia Ambiental del Ayuntamiento de Mollet del Vallès, estas actuaciones aportan a las ciudades y a sus habitantes una serie de beneficios. Reducen el riesgo de inundaciones, mejoran la calidad del aire, y contrarrestan el efecto de isla de calor urbano, como señala Siân Moxon, experta en cambio climático de la Red Climática de Universidades del Reino Unido.

Junto con estas actuaciones impulsadas por las entidades locales, existen otras acciones que pueden llevarse a cabo de manera individual por parte de los ciudadanos, independientemente del espacio o de la densidad de población. Es el caso de la instalación de jardines ricas en néctar para prestar ayuda a los abejorros, una población en declive que ve en estas plantas una parada crucial y un salvavidas para su existencia. La combinación de estas iniciativas permitirá la creación de un mosaico de hábitats para diferentes especies y contribuirá al gran cambio que requiere la crisis de la biodiversidad.

 

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