Los humedales artificiales mejoran la biodiversidad y la calidad del agua
Espacios como la Albufera (Valencia) y el Charco de Tamujo (Ciudad Real) contribuyen a la preservación de especies vegetales y animales.
La recuperación y renaturalización disminuyen los efectos de la sequía y la crisis climática.
Hacer frente a la sequía y potenciar la biodiversidad son dos de los objetivos que persiguen los humedales artificiales, unos espacios que están cobrando protagonismo. En España, destacan dos lugares como La Albufera, en Valencia, y el Charco de Tamujo, en Ciudad Real, que se abordan a continuación en este artículo.
El Parque Natural de la Albufera, con un gran lago de agua dulce de más de 2.800 hectáreas, alberga 300 especies diferentes de aves, especialmente acuáticas como los flamencos. En este espacio, se encuentran tres ‘tancats’ o humedales artificiales.
El Tancat de la Pipa es el humedal de La Albufera más significativo. Se trata de un lugar de 40 hectáreas de arrozal que fueron transformadas en 2007 en un conjunto de hábitats acuáticos gracias a una densa vegetación, que sirve de filtro para la mejora de la calidad del agua y la retención de contaminantes. Mientras, los tancats de Mília y L’Illa tienen el acceso público restringido para maximizar la protección de la fauna.
El trabajo que se está llevando a cabo en los humedales artificiales de La Albufera está permitiendo, además, convertir estos espacios en un refugio para la avifauna de la zona, entre la que se encuentra el avetoro. “Se trata de un pájaro muy difícil de ver al mimetizarse con el entorno. Su presencia constituye un indicativo de que se están consiguiendo las condiciones de tranquilidad en esta reserva”, indica el coordinador técnico del Tancat de Mília, Javier Jiménez, en declaraciones a la Agencia EFE.
En la provincia de Ciudad Real, el Charco de Tamujo empezó hace diez años un proceso de restauración con la plantación de más de 12.000 ejemplares de hasta 24 especies diferentes de árboles y arbustos. A través de la creación de este humedal artificial, se ha contribuido al objetivo de recuperación del monte mediterráneo y de las zonas de ribera, y se ha conseguido establecer un lugar de refugio y reproducción para decenas de especies animales como la nutria, el pato colorado, el porrón común, el rascón, el abejaruco, el carricero tordal o el pájaro moscón.
Desde la Fundación Global Nature, entidad que se encarga de parte del cuidado del parque, destacan el papel que juegan los humedales artificiales en la reproducción de manera controlada de los procesos físicos, químicos y biológicos. “Permiten la eliminación de los contaminantes disueltos en el agua y que ocurren de forma normal en los humedales naturales”, explica a Innovaspain el gerente Eduardo de Miguel.
Estos humedales artificiales demuestran el poder de la renaturalización para la biodiversidad: disminuye los efectos de la sequía y la crisis climática, favorece la conservación de especies vegetales y habilita refugios de aves y otras especies animales.
Más información en https://efeverde.com/el-tancat-de-milia-un-aliado-para-la-mejora-del-agua-y-la-biodiversidad-de-lalbufera/ y https://www.innovaspain.com/humedales-artificiales-para-hacer-frente-a-la-crisis-de-la-sequia/
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