Las temperaturas de las islas de calor urbano en Zaragoza superan hasta en cuatro grados a las de otras zonas de la ciudad
Un estudio científico elaborado por la Universidad de Zaragoza y la Universidad Autónoma de Madrid analiza la variabilidad estacional de estos espacios en el área urbana de la capital aragonesa.
La presencia de superficies artificiales intensifica la temperatura y los eventos térmicos en los lugares donde se concentra la mayor parte de la población.
El impacto de las islas de calor urbano (ICU) entre la población, con un aumento de las temperaturas y los consiguientes efectos en su calidad de vida, requiere de estudios detallados como el que han realizado de manera conjunta desde la Universidad de Zaragoza y la Universidad Autónoma de Madrid. A través de un artículo científico, se demuestra que la temperatura es hasta cuatro grados superior en el centro de las ciudades en comparación con la periferia.
El artículo científico ‘Variabilidad estacional de la ICU en Zaragoza (España) mediante el uso de una red climática urbana’ demuestra que el aumento de las temperaturas se intensifica por la presencia de superficies artificiales. Esta hipótesis se confirma gracias al análisis de la variabilidad estacional de la isla de calor urbano de la capital aragonesa, que utiliza una red de observatorios compuesta por 21 sensores que registran temperatura y humedad relativa cada hora desde marzo de 2015 hasta enero de 2022. El mantenimiento de los sensores, la recogida de datos y su posterior análisis fueron realizados por el grupo de investigación Clima, Agua y Cambio Global de la Universidad de Zaragoza, en colaboración del departamento de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Zaragoza.
La investigación, realizada por los académicos Samuel Barrao, Roberto Serrano, José María Cuadrat y Miguel Ángel Saz, muestra en el análisis de la isla de calor urbano un patrón centro-periferia clásico con valores de intensidad en torno a 2° C. También se observaron variaciones estacionales que intensifican estos patrones, especialmente en invierno y otoño durante la noche y normalmente en momentos de anticiclón, donde la intensidad puede alcanzar los 4° C.
En definitiva, la isla de calor urbana es un fenómeno conocido que cuantifica cómo las zonas urbanas son más cálidas que su entorno periurbano o rural más próximo, debido al aumento de la urbanización y la concentración de la población. Además, los cambios en el uso del suelo alteran el balance energético de la superficie y favorecen una mayor diferencia entre las temperaturas dentro y fuera de la ciudad, con diferencias de temperatura de hasta 10 °C según el tamaño de la urbe, la morfología urbana, el uso del suelo y las condiciones meteorológicas concretas.
Este fenómeno tiene efectos potencialmente perjudiciales para la salud de los habitantes de las ciudades y se agrava durante las olas de calor, por lo que son muchas las ciudades que apuestan por planes de renaturalización. Estos episodios no solo aumentan la temperatura, sino que también intensifican la diferencia de temperatura entre las zonas urbanas y las rurales causada por las islas de calor.
Más información en http://aeclim.org/wp-content/uploads/2023/01/RETOS_CAMBIO_CLIMATICO-_Barrao_401-411.pdf
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