Las iniciativas de movilidad sostenible impulsan la renaturalización de las ciudades
Las infraestructuras que acompañan a los carriles bici y a las plataformas de circulación de tranvías contribuyen a la sostenibilidad urbana.
Iniciativas como el Anillo Verde de Madrid, el carril bici de Vitoria o las plataformas verdes del Tranvía de Zaragoza reducen los efectos de las islas de calor y mejoran la vida de sus habitantes.
Apostar por iniciativas de movilidad sostenible tiene un doble efecto positivo para las ciudades. Junto con el beneficio medioambiental que supone la reducción de contaminación, se encuentra la renaturalización que muchas de estas iniciativas desarrollan como medida complementaria. Son numerosos los ejemplos de esta realidad y en este artículo ponemos el foco en tres casos: el Anillo Verde de Madrid, el carril bici de Vitoria y las plataformas verdes de circulación del Tranvía de Zaragoza.
Gran parte del trazado de los 65 kilómetros que componen el Anillo Verde Ciclista de Madrid discurre por zonas verdes, que cuentan con áreas de descanso provistas de los servicios necesarios para el usuario. En los seis tramos en los que está dividida está infraestructura, conectada con más de 30 estaciones de Metro y Cercanías a los que se puede acceder con la bicicleta, se han habilitado itinerarios que atraviesan zonas de una compleja estructura urbana donde se han ajardinado las zonas adyacentes.
El tramo de la ribera del Manzanares y el Parque Lineal son dos de los espacios verdes que destacan en este itinerario ciclista y abierto también a corredores de fondo, caminantes y patinadores. El Anillo Verde de Madrid también está conectado con otras vías que permiten seguir descubriendo el paisaje urbano y los espacios renaturalizados de Madrid, como las vías ciclistas de Madrid Río.
Otra de las capitales españolas que destaca por su red de carriles bici es Vitoria-Gasteiz con cerca de 180 kilómetros y 12.500 plazas de aparcamiento para bicicletas. El perfil llano de esta ciudad es ideal para desplazarse en bicicleta a diferentes lugares. Además, todos los habitantes tienen acceso a la red a menos de 250 metros del domicilio.
En el caso de la red de carriles bici de Vitoria, el Centro de Estudios Ambientales ha elaborado un mapa con alrededor de 20 itinerarios verdes. A la tradicional vuelta al anillo verde, se unen otras como el Camino de Santiago, los accesos al Parque Natural de Gorbeia por diferentes zonas de la ciudad, la Senda del Pastoreo, los caminos naturales GR 25 y GR 38 o tres itinerarios paisajísticos.
La tercera iniciativa que abordamos en este artículo se encuentra en la capital aragonesa, donde el Ayuntamiento de Zaragoza ha desarrollado en las últimas décadas un carril bici con cerca de 130 kilómetros de recorrido. Paralelo en algunos tramos a esta vía ciclista, discurre el Tranvía de Zaragoza, inaugurado en 2011 y que supuso un cambio en el modelo de movilidad sostenible para la capital aragonesa. En diferentes tramos del recorrido de 12,8 kilómetros, que conecta el sur con el norte del entorno urbano, se incorporaron plantaciones de césped con el propósito de cumplir diferentes funciones.
Además del componente visual que estas ‘alfombras verdes’ aportan al paisaje urbano, esta renaturalización reduce las vibraciones y la contaminación acústica generadas por desplazamiento del propio vehículo y aminora el efecto de isla de calor en los entornos por donde circula. De esta manera, se logra un mayor control de las temperaturas y se mejora la calidad de vida de los ciudadanos, además de contribuir a un funcionamiento eficiente de este medio de transporte.
Las iniciativas de renaturalización que hemos analizado en este artículo, al igual que otras muchas que abordaremos en siguientes artículos, facilitan además la absorción de contaminantes e incluso actúan como superficie de drenaje en el caso de precipitaciones para evitar inundaciones en las ciudades.
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