Las ciudades amigables con las aves, un paradigma de biofilia
Algunas de estas especies animales contribuyen a la conservación de la biodiversidad, mejoran la salud psicológica de los habitantes y representan un bioindicador de situaciones ambientales adversas.
El investigador Timothy Beatley, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Virginia, explora esta relación entre las aves y los ecosistemas urbanos en el libro ‘The Bird-Friendly City: Creating Safe Urban Habitats’.
La presencia y el canto de determinadas aves en las ciudades es símbolo de buen agüero para el hábitat urbano como demuestran diferentes estudios científicos. Algunas de estas especies animales contribuyen a la conservación de la biodiversidad, mejoran la salud psicológica de los habitantes y representan un bioindicador de situaciones ambientales adversas. Son un ejemplo más de biofilia, es decir, del amor por la naturaleza y los beneficios que aporta a nuestra vida diaria.
El artículo científico ‘Contaminación y Biodiversidad: las Aves Urbanas como indicadores y proveedores de Salud Humana’, elaborado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, de SEO/BirdLife y de la Universidad Complutense de Madrid, valora la posibilidad de que aves insectívoras como la golondrina común contribuyan a la disminución de las poblaciones de insectos en las ciudades. También apunta esta investigación que los mirlos comunes dispersan semillas. Ambos servicios ecosistémicos son “poco apreciados”, a juicio de los científicos, en comparación con “alternativas artificiales” como los “insecticidas”.
A estas funciones desarrolladas por las aves en el medio urbano se añaden otras como su capacidad de ejercer como bioindicadores de situaciones ambientales adversas para la salud humana. En este sentido, pueden evidenciar casos de exposición a contaminantes o dietas poco saludables.
También destaca el beneficio psicológico directo de la presencia de las aves, especialmente en las zonas verdes. Gracias a su presencia, se refuerza todavía más la conexión con la naturaleza en los parques y jardines públicos, una sensación perdida en muchas ocasiones por la gente que vive en las ciudades.
Existen evidencias, no obstante, de que la presencia de las aves en la ciudad ocasiona unos efectos menos deseados entre la población y los espacios naturales, como las molestias en lugares de la vía pública, la suciedad o los daños a las plantas ornamentales. Ante esta situación, han de valorarse los beneficios y perjuicios de estas especies animales, siempre desde el enfoque de ciudades más inclusivas, seguras y sostenibles, como se recoge en el ODS 11 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Ciudades amigables con las aves
Otras publicaciones también inciden en los beneficios de las aves en el medio urbano. Una de ellas es el libro ‘The Bird-Friendly City: Creating Safe Urban Habitats’, obra de Timothy Beatley, investigador y profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos.
Beatley explora el diseño de las ciudades amigables con las aves desde el concepto de biofilia, y ahonda en los beneficios que aportan al medio urbano, como el control de plagas, la limpieza del entorno y, en determinados casos, la transformación del paisaje. “Las aves sirven para animar otros elementos del entorno natural, por ejemplo, árboles y bosques urbanos. Los árboles urbanos están vivos, por supuesto, pero su vitalidad se ve amplificada por la presencia lúdica de los pájaros”, señala Beatley.
Más información en https://www.respiramadrid.org/post/biodiversidad
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