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La relación entre el contacto con los espacios verdes y nuestra salud

portada la relación entre el contacto con los espacios verdes y nuestra salud

La pandemia ha acentuado un debate global sobre la forma urbana y el acceso a los espacios verdes, ya que con el aumento de la urbanización a nivel mundial, más personas viven en áreas sin acceso a la naturaleza, cuestión que parece influir directamente sobre la calidad de vida y la salud. Para 2030, se espera que más del 60% de la población mundial viva en áreas urbanas. Igualmente, se espera que dentro de 15 años casi un tercio de la población española viva concentrada en Madrid y Barcelona con el 33% de los españoles viviendo en esas dos ciudades, más Valencia, Zaragoza y Sevilla, según las proyecciones de la ONU.

Este proceso global de concentración urbana seguramente dificultará aún más el acceso a los entornos naturales, una definición que incluye espacios verdes que se encuentran tanto en el campo, como los bosques, tanto como en entornos urbanos, como parques, jardines, huertos e incluso aquellos formados por plantas en macetas. Los efectos de la pandemia han destacado el valor del espacio público y los espacios verdes, y la importancia de su gestión a nivel global, incluso en los medios dedicados tradicionalmente a las noticias financieras.

La investigación internacional en los últimos años ha demostrado un vínculo positivo entre el acceso a espacios verdes y los beneficios para la salud. Esto ha llevado a un mayor interés en explorar cómo los asentamientos urbanos más verdes promueven el bienestar y mejoran la calidad de vida, con hallazgos que brindan evidencia de que el acceso a espacios naturales es un factor importante para combatir algunas de las principales amenazas para la salud pública, como la depresión, el estrés y las enfermedades coronarias.

Al estudiar la relación entre la cantidad de espacios verdes en el entorno de un individuo y la prevalencia de diagnósticos de enfermedades cardiovasculares, respiratorias e intestinales, junto con problemas de salud mental, un estudio holandés del año 2009 encontró que quince de las veinticuatro enfermedades investigadas reducen su incidencia de forma significativa en entornos con más espacios verdes. Estos hallazgos muestran que el acceso a zonas verdes no solo puede aliviar y ayudar a la percepción de salud, sino que también puede afectar condiciones médicas específicas.

Para ampliar esta afirmación, en un trabajo de investigación realizado en Australia halló que la hospitalización por enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular era un 37% menor en los vecindarios con áreas verdes más variadas, en comparación con los vecindarios con menos acceso a espacios de este tipo. Si bien la cantidad de parques y jardines en el vecindario no se asoció necesariamente con tasas más bajas de enfermedad coronaria, lo que si se asoció con estas tasas más bajas fue la variedad que se encuentra en esas áreas verdes, junto con destinos urbanos accesibles y deseables.

También es importante comentar el impacto que los entornos saludables pueden tener en nuestra salud mental, ya que los problemas de salud mental son una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en todo el mundo. Un estudio realizado en áreas socialmente desfavorecidas en Escocia estableció una relación significativa entre la falta de acceso a entornos verdes y los niveles de estrés, medidos por los patrones de secreción de cortisol, la hormona involucrada en la respuesta de “lucha o huida” que regula esta reacción fisiológica. Descubrieron que las áreas con más espacios verdes estaban relacionadas con niveles más bajos de estrés percibido. También se encontraron resultados similares en los participantes de un estudio japonés , durante el cual los individuos visitaron áreas boscosas y urbanas. En comparación con el entorno urbano, los investigadores encontraron que las visitas a los bosques tuvieron un impacto positivo en los participantes, lo que resultó en una presión arterial y una frecuencia cardíaca más baja. Además, estas visitas indujeron mejores estados de ánimo.

El estrés puede afectar el bienestar con el tiempo, ya que la activación y el aumento de las hormonas que lo activan, el aumento de la presión arterial y otras respuestas físicas al estrés percibido tienen un impacto a largo plazo en la salud, con un mayor riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y trastornos cardiovasculares, la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo.

Si bien los mecanismos que subyacen a la conexión entre los beneficios para la salud y los espacios verdes aún no están claros, las teorías actuales indican que los entornos naturales brindan espacios donde las personas pueden ser físicamente activas -por ejemplo, fomentan la caminata, la carrera, el ciclismo- y facilitan la interacción social, dos factores importantes que contribuyen a una buena salud mental.

A medida que aumenta el porcentaje de adultos mayores, se ha comenzado a investigar qué tipo de entornos promueven un envejecimiento saludable. La naturaleza proporciona componentes clave para nuestro bienestar, ya que los espacios verdes pueden generar oportunidades para que las generaciones mayores mejoren su bienestar físico y mental, lo que también ayuda a fortalecer las conexiones sociales.

Un estudio realizado en la ciudad de Vancouver, en Canadá, encontró que a los ancianos les motivaba más estar en espacios verdes que les resultaban familiares y seguros, para realizar actividades y disfrutar del aire fresco. Se preguntó a los participantes sobre su contacto diario con los espacios verdes y cómo interactuaban con ellos. Las respuestas abarcaron desde temas como fisioterapia hasta jardinería. Muchos participantes asociaron el tiempo que pasaban al aire libre en áreas verdes como una oportunidad para “disfrutar de la vida”. La ciudad de Vancouver ofrece ya “prescripciones de naturaleza” a las personas.

Adicionalmente, existe evidencia de que los beneficios de los espacios verdes son aún más significativos en las personas mayores, quienes dependen más de su entorno inmediato y por lo tanto están más en contacto con su entorno natural, lo que plantea importante cuestiones de situación y acceso a estos espacios, y su gestión para evitar su degradación.

Con esta evidencia disponible actual que sugiere una relación positiva entre la salud general y los espacios verdes, y los desafíos que plantea la concentración urbana para la salud mental y física de las personas, algunas entidades que trabajan para reforzar las ideas de salud comunitaria y solidaridad están comenzando a buscar soluciones innovadoras para motivar a sus usuarios a pasear, visitar espacios públicos de interés y explorar paisajes locales, además de hacer el mejor uso de los jardines y parques disponibles. En pleno proceso de digitalización social, al menos una ONGs ha propuesto la llamada “gamificación de las actividades diarias, una solución que promueve la actividad física, motivando a las personas a utilizar los espacios verdes y la construcción de mejores relaciones sociales estableciendo metas y completando logros, por medio de actividades coordinadas mediante una app para reducir los hábitos sedentarios y ayudar a las personas a vivir una vida más saludable y feliz.

Una versión de este artículo se publicó originalmente en el blog de la ONG británica “FitQuid” https://medium.com/fitquid/green-spaces-and-our-overall-health-1b3f73834119

 

Auri Carballo, estudiante de psicología.

 

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