La gestión de aguas pluviales a través de la infraestructura verde genera beneficios medioambientales
Este nuevo sistema busca capturar, retener y reutilizar el agua de lluvia en el lugar de origen en vez de construir infraestructuras masivas, cuya eficacia se ve comprometida por los eventos climáticos extremos que se producen con mayor frecuencia.
Gracias a este cambio de paradigma, se priorizan el ecosistema existente y los procesos naturales con jardines de lluvia, drenajes sostenibles y techos verdes que redundan en la sostenibilidad del planeta y la calidad de vida de los ciudadanos.
El cambio climático cuestiona ya desde hace varios años el funcionamiento de sistemas e infraestructuras extendidas para mitigar los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos extremos, como las lluvias torrenciales. Cada vez son más las ciudades que apuestan por soluciones alternativas que permitan aprovechar las oportunidades que ofrece la existencia de aguas pluviales en los núcleos urbanos. Y es en este nuevo paradigma donde la infraestructura verde juega un papel protagonista.
La adaptación de espacios verdes permite la captura, retención y reutilización de las aguas pluviales desde su lugar de origen, y sustituye a los sistemas de drenaje que se han venido utilizando y que afectan a los acuíferos. Las estructuras de ingeniería pasan, de esta manera, a un segundo plano y se pone el foco en procesos biofísicos como la infiltración de agua, la absorción de contaminantes, la mejora de la biodiversidad, la purificación del agua y la mejora de la calidad del aire.
Esta simbiosis entre los espacios verdes y el agua ha sido denominada por algunos investigadores como ‘Infraestructura Azul-Verde’, como recoge Adonay Perrozzi, experta en Desarrollo Urbano, en un artículo en el medio Transecto. “Se refiere al reconocimiento de los espacios verdes y a las capacidades innatas del agua para producir beneficios ambientales”, concreta Perrozzi.
En esta nueva denominación de Infraestructura Azul-Verde se aúnan una amplia variedad de sistemas de paisajes naturales, como ríos, lagos o cuencas, y de paisajes que imitan la hidrología natural, como corredores verdes, parques inundables, jardines comunitarios que posibilitan huertos urbanos o depresiones con vegetación diseñadas para capturar y filtrar las aguas de lluvia. Todas ellas forman parte de las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) que la ONU ya recogió en un informe, tras una exhaustiva década de investigación para el desarrollo de ciudades inteligentes, sostenibles y resilientes.
Los beneficios de la Infraestructura Azul-Verde
La urbanista Adonay Perrozzi destaca los múltiples funciones y beneficios de la Infraestructura Azul-Verde en las ciudades, tanto para los propios habitantes como para la sostenibilidad del medio ambiente:
- Reducen el potencial de inundación y favorecen la desaceleración de las aguas pluviales al filtrarlas al suelo.
- Mejoran la calidad del agua por la retención y filtración de agentes y componentes tóxicos.
- Contribuyen a la protección de la biodiversidad en áreas urbanas, enriquecen la calidad de los ecosistemas y conectan los paisajes fragmentados por las infraestructuras de la ciudad.
- Brindan más espacios de recreación y disfrute para los ciudadanos, y los animan a cuidar y proteger el medio ambiente.
- Disminuyen el efecto isla de calor, al enfriar la temperatura del aire a través de la evaporación, las sombras que produce la vegetación y la humedad que emana del suelo.
Precisamente, instalaciones como los techos verdes en las azoteas de los edificios son valorados por su rendimiento térmico y efectividad al reducir la temperatura del aire y disminuir el consumo de energía del aire acondicionado. Se trata de una muestra más de los oasis térmicos que se extienden en las ciudades, dentro del urbanismo bioclimático.
El reto de la conexión del agua y los espacios verdes
La conexión es fundamental para el correcto funcionamiento de este nuevo sistema de infraestructura natural. En este sentido, las administraciones han de realizar una labor de coordinación en los servicios relacionados con la gestión de áreas verdes, de cuerpos de agua, de sistemas ambientales y de servicios urbanos. De manera paralela, se deben implementar programas de educación ambiental con el fin de comunicar los beneficios potenciales de la Infraestructura Azul-Verde y comprometer a los ciudadanos en su gestión y mantenimiento.
Además, las instituciones incentivan a los ciudadanos a desarrollar iniciativas que contribuyan a introducir este paradigma sostenible en la gestión de las aguas pluviales en la escena urbana. Así, el Departamento de Protección Ambiental de Nueva York, en Estados Unidos, cuenta con el Programa de Subvenciones de Infraestructura Verde para motivar a los propietarios privados a implementar techos verdes y proyectos de infiltración. También en la ciudad estadounidense de Raleigh, la Administración pública ha implementado un programa que proporciona fondos para proyectos que capturan y limpian el agua de lluvia antes de ingresar al sistema de drenaje.
Los jardines de lluvia, los drenajes sostenibles y los techos verdes, entre otros elementos, potencian la interconexión entre los espacios verdes y las aguas pluviales. Un nuevo paradigma que redunda en beneficios como la protección de la biodiversidad, la mejora de la calidad del agua, la reducción de la temperatura y la disminución de las potenciales inundaciones.
Más información en https://transecto.com/2021/07/que-es-la-infraestructura-azul-verde/
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