Descubre con nosotros los Jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos
Hoy nos trasladamos hasta Córdoba, remontándonos a la época romana de Julio César, artífices de esta magistral obra de paisajismo y quienes plantaron algunas de las especies florales y árboles exóticos, como el plátano oriental, una especie que se caracteriza por dar una amplia sombra que ayuda a bajar la temperatura de los jardines, haciendo un paseo mucho más cómodo a los visitantes. Estamos hablando de los Jardines del Alcázar.
Un radiante jardín andalusí
Ya en la época de los árabes empezaron a esbozar ciertos rasgos del jardín que conocemos hoy en día. Ubicado en el área sur del recinto y ocupando las zonas más occidentales, este espacio resultaba formar parte, nada más y nada menos, que del harén real. De hecho, su función no era otra que ornamentar el camino desde el propio harén al baño más cercano. Fuentes oficiales datan el inicio de las obras durante la época de Abd al-Rahman II, concretamente en el año 822. Fue entonces cuando también se habían llevado a cabo grandes obras hidráulicas en el Califato, como el acueducto que canalizaba las aguas del Bejarano y Caño de Escarabita que, además, se sacó también un ramal dirigido directamente al Alcázar. Con el agua proveniente de este acueducto, unido a la ya extraída de la Albolafia, era posible cubrir todas las necesidades de Palacio, incluidos los jardines.
Uno de los jardines favoritos de la Reina Isabel
Ya en la época de los Reyes Católicos, este vergel alcanzó uno de los momentos de máximo esplendor, comparable a la época romana. Es muy importante destacar la vinculación de Fernando e Isabel a este jardín, especialmente por parte de Su Majestad la Reina Isabel, que tenía especial predilección por este vergel y pasaba gran parte de su tiempo paseando por ellos o leyendo. A causa de una enfermedad que padeció la Reina, hicieron parar la rueda de la Albolafia debido al ruido que producía. Desafortunadamente, esta decisión perjudicó en gran medida a los jardines, pues gran parte del agua que regaba sus tierras provenía directamente del río, ya que la extraída del Berenjano resultaba una cantidad escasa. Esto era así porque, entre otras cuestiones, los vecinos de la Calle de los Judíos y las Pavas se apropiaban a escondidas de la misma.
Si volvemos a la actualidad, una de las tradiciones más arraigadas entre los cordobeses y cordobesas, especialmente de un tiempo a esta parte, es la de plasmar ceremonias importantes, como bodas, bautizos y comuniones, con fantásticas fotografías de los jardines. Novios, novias y padrinos posando entre los árboles y las albercas, dejando para el recuerdo preciosas estampas en la naturaleza.