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Jardinería efímera: ¿por qué es importante para la sociedad?

Jardinería efímera

La jardinería es el arte, la técnica y la práctica de cultivar jardines, nada que no conozcamos ya. Sin embargo, es en la combinación de la emotividad del arte, con la constante evolución de la naturaleza, donde podemos encontrar uno de los aspectos más interesantes de esta actividad: su temporalidad. 

Así, como parte de este arte, aparece la corriente de la jardinería efímera, enfocada en la creación de elementos de jardinería que sólo podemos disfrutar durante un período de tiempo. De esta manera, se produce una relación emocional entre la ciudadanía y el elemento artístico de una forma más intensa, logrando impulsar la cultura del verde en las sociedades humanas.

En el artículo de la revista PARJAP Nº 72 “La jardinería efímera y su relevancia cultural”, se describe la jardinería como “el arte efímero por excelencia: en el jardín nada permanece salvo la impresión que causa. Al igual que la música, o el teatro, la jardinería se ‘interpreta’ en el tiempo mediante el mantenimiento. Así, la influencia de esta naturaleza efímera del jardín se extiende al pensamiento de estructuras y edificios no permanentes” (1).

Es en esta “temporalidad” de los jardines y los elementos que se crean dando forma a la naturaleza, donde se encuentra también uno de los aspectos más relevantes de la jardinería, el impacto que genera en la cultura de las diferentes sociedades

Ya que es en lo temporal donde reside la belleza de un momento que no podemos congelar, sólo disfrutar en el presente. La única manera que hay de rememorar es repetir a través de actividades e iniciativas que impulsen la creatividad en la jardinería, mediante la creación de instalaciones de jardinería que embellecen las ciudades, como el festival Temps de Flor de Gerona, o mediante certámenes como el Festival Internacional de Xardins de Allariz, el Festival de Paisaje de Bérgamo o el famoso Chelsea Flower Show de Londres.  .

Un ejemplo reciente de este tipo de iniciativas es la escultura floral de la Virgen del Pilar de Zaragoza. Conformada mediante una estructura de acero galvanizado, pesa unos 2.000 kilos en vacío y 6.000 kilos con las flores y la tierra que las sustenta. En la parte interior de toda la pieza se ha colocado un aislante térmico para minimizar el recalentamiento del sustrato. Dispone de sistema de riego en el interior, mediante tubería con goteros integrados. Las plantas integradas en la estructura son 500 unidades de flor de temporada, en una combinación multicolor a base de 8 especies, que variarán según el momento del año en el que se exponga la pieza.

Imagen cortesía del Ayuntamiento de Zaragoza

Imagen cortesía del Ayuntamiento de Zaragoza

Se trata de un ejemplo más sobre cómo la jardinería se expresa como una manifestación cultural, técnica y social de primer orden. Un repositorio de ideas, un espacio de libertad y una oportunidad de explorar ideas imposibles en otros ámbitos, así como una oportunidad cultural y económica.

(1) – PARJAP Nº 72, año 2013 Gabino Carballo, Nuno Almeida y Fernando Lafuente.

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