El abejorro común y el gran declive de los polinizadores ¿Cómo afecta a nuestros espacios verdes urbanos?
Las poblaciones de abejas y otros polinizadores están disminuyendo rápidamente, y de ellas depende en gran medida la producción de alimentos y la biodiversidad terrestre.
Una situación alarmante, ya que las abejas, al igual que otros polinizadores, nos proveen de alimentos de alta calidad como la miel y la jalea real, y, además, de que contribuyen con la polinización de casi tres cuartas partes de las plantas que producen el 90 por ciento de los alimentos del mundo.
Además, los polinizadores tiene un impacto positivo, tanto en los espacios verdes urbanos, como en el medio ambiente en general, ya que ayudan a mantener la biodiversidad y los diferentes ecosistemas.
EL ABEJORRO COMÚN
Esta especie es tan habitual como importante en nuestros parques, sin embargo, suele pasar desapercibida como tantos otros insectos polinizadores.
Son distinguidos por su color negro con una banda amarilla, y se diferencia del resto de especies del género por su color blanco en el extremo del abdomen.
Se alimenta del néctar y polen de las flores, lo que lo hace uno de los grandes polinizadores de los árboles y plantas urbanos. Debido a su eficacia en la polinización, utilizando la vibración para la extracción del polen de las flores, es una de las especies utilizadas comercialmente en la agricultura.
Las colonias de abejorros no superan normalmente los doscientos miembros. Su biología los define como una especie de carácter anual, siendo las reinas los únicos ejemplares que sobreviven al invierno hibernando bajo tierra una vez fecundadas. Estas reinas son las encargadas de regenerar la colonia al comienzo de la primavera.
El abejorro, al igual que las abejas, es una especie muy sensible al uso de insecticidas neonicotinoide, de carácter sistémico y que llegan a las flores tanto en aplicación foliar como en riego.
El uso de pesticidas y sus residuos, es el principal problema de la conservación, tanto de esta especie, como de otros polinizadores. Cuyas consecuencias directas ya empezamos a comprobar con la pérdida de biodiversidad, que conllevan un ejercicio de gestión urbana sostenible y responsable con la naturaleza urbana en su conjunto.
