La gestión del arbolado en Bilbao
El papel de los árboles en la ciudad de Bilbao es fundamental. Mediante su inmensa capacidad de aportar vida y color, el arbolado viario se antoja en la mayoría de los cascos como corredores verdes, actuando como elemento de interconexión entre zonas verdes.
El arbolado bilbaíno, ha tenido diferentes consideraciones en su plantación con el paso de los años. Se distinguen tres períodos marcados de plantación: Anteriores a 1980. De 1980 a 1985 y a partir del 2010. Se ha visto objeto de mantenimiento, mayoritariamente de poda, eliminación de hierbas del alcorque y tratamientos fitosanitarios.
Tras las caídas de ramas de gran envergadura y, en algunas ocasiones, de ejemplares enteros, hechos que acaecieron en el curso del contrato anterior y al inicio del presente, se ha dado la situación de dar una enorme importancia al aspecto relativo de la gestión de su riesgo potencial; mediante la vigilancia y evaluación del arbolado, incidiendo de forma exhaustiva en su tamaño y edad.
Se vuelve primordial la implantación de un plan de gestión
De esta manera, se ha implementado un plan de gestión del arbolado, en el que se incluyen los trabajos ordinarios de mantenimiento tanto del arbolado, como del entorno en el que crece, además de una supervisión de cara a los previsibles potenciales de riesgo.
La supervisión, incluye la evaluación visual del arbolado, su clasificación según el estado biomecánico y un protocolo de actuación si se identifican anomalías graves que puedan aumentar el potencial de riesgo tanto de caída de ramas como por volcado del ejemplar.
Se establecen unas frecuencias de supervisión, debido a que no todos los árboles presentan el mismo potencial de riesgo. Los árboles con mayor edad y tamaño requieren de periodos más cortos entre revisiones y, debido a esto, se produce un mayor número de revisiones anuales.
En este plan de gestión se encuentra en desarrollo determinar cuáles son las especies y variedades de árbol que se van a plantar en un futuro. Se tendrán en cuenta sus alturas de crecimiento máximas para evitar la poda o esparcirla a periodos de largos años.
Es importante remarcar que, en este plan de gestión del arbolado, no se renuncia a criterios ornamentales, culturales o de tradición en la elección, supervisión y mantenimiento de nuestros grandes vegetales.