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Conoce a Pedro Calaza Martínez

PEDRO CALAZA MARTÍNEZ, VOCAL DE LA JUNTA DIRECTIVA DE AEPJP Y DOCTOR INGENIERO CONSULTOR SENIOR

ENTREVISTA

Pedro Calaza-Martínez es una voz imprescindible en el ámbito de la infraestructura verde. Su excelente formación como Doctor ingeniero agrónomo por la Universidad de Santiago de Compostela y Doctor Arquitecto del Paisaje por la Universidad de Lisboa lo han llevado a optimizar su labor profesional como Doctor Ingeniero-consultor. Actualmente es vocal de AEPJP, Decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Galicia y secretario del Consejo Gallego de Ingenierías.

También es miembro del Comité de Expertos de la Escuela gallega del paisaje de la Fundación Juana de Vega. De la misma forma, cabe mencionar su inclusión en el grupo de trabajo WG7 de bosques urbanos y periurbanos de la FAO; del Grupo de estudos do territorio de la Universidad de A Coruña y su labor como coordinador de la comisión de Bosques urbanos y Norma Granada de AEPJP.

Ha desarrollado su carrera profesional en diferentes empresas como director del departamento de ingeniería del paisaje, gestión e I+D+I, centrando su labor profesional como Doctor Ingeniero, consultor senior con especialización en planificación, diseño, proyecto y gestión del paisaje, infraestructura verde y espacios públicos. De forma paralela, está implicado en actividades de investigación y profesorado de arquitectura de paisaje y proyectos.

Pedro Calaza es sin duda una eminencia en el ámbito del estudio de la infraestructura verde, ha compartido sus conocimientos en conferencias a nivel nacional e internacional, además de sus libros como “Infraestructura verde: Sistema natural de salud”; premiado por el 46 Premio Nacional de Libro agrario de San Miguel. También ha recibido galardones por otras obras como “Infraestructura verde, salud pública y actividad física. Evidencias de su relación, caso de estudio: La Coruña”, por el que fue premiado con el Premio Nacional Juan Julio de trabajo técnico; el segundo en su haber, tras el recibido en el año 2012 por su libro: “Evaluación de riesgo de arbolado: principios, indicadores y métodos”.

Te invitamos a conocer a una de las personalidades más influyentes, importantes y clave en el mundo de la Infraestructura Verde, Pedro Calaza Martínez.

 

   ¿Qué te ha llevado a asumir el compromiso de trabajar en favor de AEPJP?

Desde su creación, la AEPJP es la asociación con mayor relevancia en el sector de los espacios verdes. Se ha ganado a pulso este reconocimiento, respaldado por más de 40 años de trabajo de grandes profesionales que han dedicado mucho de su tiempo y esfuerzo de forma altruista para construir un futuro mejor para todos. Desde los comienzos de mi andadura profesional he estado vinculado a esta asociación, asistiendo a cursos, congresos, seminarios y aprendiendo de los mejores técnicos nacionales e internacionales que participaban en las actividades y congresos de la asociación. De hecho, la primera ponencia multitudinaria que impartí, delante de más de 400 personas, fue precisamente en un Congreso Parjap, concretamente el celebrado en La Coruña en 2003.  Para mi este compromiso de colaborador como vocal forma parte del ciclo de transmisión de conocimiento y mejora integral del diseño, gestión y conservación de la parte más natural de nuestros espacios de vida. Yo he aprendido mucho en esta asociación y me han abierto ventanas de conocimiento por las que he mirado y en algún caso me he colado… y me gustaría poder trasladar a las generaciones más jóvenes ese granito de arena de experiencia y conocimiento profesional que puedo dejar y abrir también alguna ventana por la que salten algunos y así sigan mejorando y trabajando sobre los cimientos que hemos construido los directivos en estos 40 años de historia.

 

¿Qué papel vas a desempeñar en la asociación?

Yo entiendo la participación de los miembros de la junta desde un punto de vista integral, pero sobre todo holístico, somos un equipo transversal y participativo en el que las decisiones son consensuadas y el resultado es enriquecido por las aportaciones de todos los miembros, obteniendo una visión desde un prisma de interrelaciones y eminentemente multidisciplinar. No obstante, hay que organizarse y, por ello, cada uno de nosotros coordina una serie de actividades o temas para agilizar los procesos y obtener mejores resultados. Ya decía Napoleón aquello de “si quieres que algo sea hecho nombra un responsable, si quieres que algo se demore eternamente nombra una comisión…” En ese sentido, dada mi especialización en materia de infraestructura verde y bosques urbanos, he tenido la suerte de que me hayan “asignado” la responsabilidad de la coordinación de las comisiones de Bosques urbanos y Norma Granada. Se trata de dos comisiones con un gran peso técnico en las que estamos desarrollando trabajos muy interesantes como la revisión de la Norma Granada, la creación de la BDECA (Base de datos española de colapso de árboles) así como intentar potenciar el cambio de perspectiva y de paradigma desde el concepto de “parques y jardines” al de “Infraestructura verde”.  En estas comisiones también participan grandes profesionales muy especializados en estas áreas temáticas. Entiendo que nos encontramos en un punto de inflexión clave para cambiar la forma de diseñar, planificar y gestionar el territorio en general y las ciudades en particular en las que los elementos naturales son primordiales para alcanzar unos retos a corto plazo en el que prime la resiliencia territorial, la sostenibilidad, la salud pública y la calidad de vida urbana, así como la mitigación del cambio climático.

 

          ¿Qué te gustaría aportar o conseguir con tu participación en AEPJP?

Lo primordial es formar parte del engranaje de conocimiento, seguir construyendo ideas, proyectos y formular preguntas con semilla de respuesta para generar debates e inquietudes. Mi perspectiva es divulgar, concienciar y formar a los profesionales, y a la sociedad en general, de la necesidad de cambiar la forma de gestionar los espacios, especialmente los urbanos, siempre desde una óptica de excelencia técnica y académica. No es un tema baladí o superficial, no es una opción, es una necesidad y, en ese sentido, la comunidad científica debe respaldar con evidencias las soluciones técnicas aportadas por los profesionales que a su vez deben estar amparadas por el marco legal-político-normativo y por la sociedad en general, aunque esta última parte la tenemos garantizada, en buena parte, gracias a ese vínculo psicológico que tiene el ser humano con otros elementos naturales, en convergencia con la línea conceptual de la Biofilia de Erich Fromm y Edward Wilson.

 

¿En tu opinión, qué función cumplen actualmente los espacios verdes en la ciudad?

Creo que ya no se trata de opiniones, sino de realidades. Cada día hay más estudios científicos en el sector de los espacios verdes y su función, de los que yo destacaría la pluralidad, la multifuncionalidad que tienen. Los espacios verdes urbanos no dejan de ser una parte de la infraestructura verde, y en ese sentido, cuando hablamos de función, debemos enfocarlo desde un prisma más amplio y con más caras, donde aparte de la multifuncionalidad, se deben ampliar aspectos como la multiescalaridad (entendida desde una cara espacial pero también desde una cara administrativa), la multidisciplinariedad, la multidimensionalidad (recordemos que a diferencia de otras disciplinas vinculadas como la arquitectura o la ingeniería, aquí trabajamos en cuatro dimensiones) o los aspectos de su carácter multisémico.

Otro tema es que se deben planificar, diseñar y gestionar para optimizar los servicios ecosistémicos, que no son iguales en cada contexto porque aparte de su vínculo directo a las condiciones locales, entran en juego otros parámetros como la demanda de unos u otros, las sinergias, las compensaciones y los diservicios. Resulta imperativo un análisis de todos ellos para exprimir al máximo la multifuncionalidad de la infraestructura verde y de los espacios verdes, en particular. Centrando la pregunta y de forma no exhaustiva, podríamos citar los tres tipos de servicios ecosistémicos según CICES (2018): provisión (agua, frutos, maderas, …), regulación (térmica, captación de contaminantes y COVBs, acústica, erosión, etc.) y culturales (salud pública, recreo, etnografía, patrimonio, etc.).

Por afinidad investigadora, yo subrayaría las múltiples ventajas relacionadas con la salud pública y el bienestar de la población, especialmente en medio urbano. Recordemos que en España casi el 80% de la población vive en las urbes, eso significa que los espacios verdes, unos de los máximos exponentes de la infraestructura verde urbana, especialmente de la mano de los bosques urbanos (conceptualmente entendidos desde la definición oficial de la FAO del 2016), son clave para la mejora integral de la vida en las ciudades y para la mejora de la salud, tanto física como psicológica o cognitiva. De hecho, hay cientos de estudios que se centran en ello y son el mejor argumento para cambiar la forma de entender y gestionar nuestras ciudades.

 

¿Qué opinión te merece el sector de la jardinería actual?

Es una pregunta excesivamente abierta y multirespuesta pues el sector aparte de estar muy satelizado, es muy diferente y variable. Estamos en un momento en el que coexisten diferentes perspectivas de entender los espacios verdes y de como gestionarlos. Por un lado, todavía abunda la gestión tradicional, desde mi punto de vista anacrónica, en la que se siguen realizando operaciones y trabajos sin entender la multifuncionalidad de los elementos vegetales ni respetar las leyes de la biología, la biomecánica ni, a veces, la lógica o la coherencia. Estamos cansados de ver en muchas localizaciones auténticas aberraciones como desmoches, terciados, plantaciones sin respetar la famosa cuarta dimensión, planificaciones desacertadas y, en muchos casos, un enroque de los responsables que no quieren plantearse los inconvenientes de esa gestión, muchas veces empujadas por la presión de la población que no tiene una visión integral.

En un punto intermedio, creo que en la mayoría de los escenarios, nos encontramos con una situación en la que la gestión está más tecnificada (recursos y perspectiva) y se desarrolla una planificación y organización de los trabajos con buenos valores técnicos y con una buena o alta comprensión de las técnicas y disciplinas vinculadas. Son escenarios coherentes pero que se están quedando en una situación en la que no se optimizan los recursos y no se adaptan a las necesidades contemporáneas como, por ejemplo, el cambio de gestión intensiva a extensiva.

Por último, aparece la tercera visión, la menos frecuente por ahora, la encaminada a suturar los espacios verdes en esa conectividad espacial y funcional como elementos fundamentales de la infraestructura verde urbana. Se trata de incorporar toda la coherencia del escenario anterior, pero entendiendo los espacios como una gestión única en la que se debe primar la optimización de los servicios ecosistémicos en consonancia con las sinergias, las necesidades de cada contexto y la minimización de diservicios, ello incluye además la organización racional, la minimización del gasto y los recursos en convergencia con ese cambio de paradigma de gestión integral de los espacios verdes. Este tercer escenario es el que debemos seguir.

 

¿Qué aspectos crees son fundamentales para optimizar y mejorar la gestión de la infraestructura verde municipal?

Lo primero es entender qué es realmente la infraestructura verde, pues su carácter multisémico origina mucha confusión, aunque en realidad ya disponemos de una definición oficial de la UE desde el 2014. Un gran número de personas cree que el sistema de espacios verdes es una infraestructura verde y no, no lo es, se deben cumplir unos requisitos mínimos de conectividad, de funcionamiento ecosocial, de dinámica ecológica, de entendimiento holístico y de que realmente el fin primordial sea optimizar esos servicios ecosistémicos. Otro gran número de personas habla de “infraestructuras verdes”, en realidad sólo hay una. Una actuación de un sistema de drenaje urbano sostenible y de un microbosque urbano no es una infraestructura verde, es un elemento de la infraestructura verde que debe estar conectado a otro… me explico, creo que tenemos un gran trabajo por delante para trasladar la realidad del concepto y de transmitir que no es un cambio de nombre, es un cambio de anatomía urbana y de su gestión.

Cuando hayamos sido capaces de que se entienda el concepto se podrán hacer grandes logros, desde estrategias municipales hasta microactuaciones, pasando por un sinfín de opciones vinculadas como las soluciones basadas en la naturaleza y la monitorización y seguimiento. Los servicios ecosistémicos deben ser identificados y cuantificados, como paso fundamental para una gestión coherente; es el gran talón de Aquiles, pues requiere un conocimiento y unos medios técnicos y humanos que en muchos casos no están disponibles. Ya hay ayuntamientos en España que están trabajando en ello. También es cierto que estamos a la espera de la publicación de la Estrategia Estatal de Infraestructura Verde y Restauración y Conectividad Ecológica y después, la propia de cada comunidad autónoma, en donde se asentarán las líneas maestras para que los ayuntamientos también adapten su estrategia a esas miradas holísticas.

En definitiva, creo que hay mucho que hacer, pero todo lleva su ciclo y yo personalmente me centraría en concienciar de la necesidad de la infraestructura verde y de trasladar su concepto, funciones, ventajas y mecanismos y herramientas para desarrollarlo.

 

         ¿Cuál dirías que es tu parque favorito?

Mi parque favorito es el Parque de San Pedro de La Coruña, fue uno de los primeros parques que proyecté y fui el ingeniero director de obra. Se trata de un parque de 20 has que era una antigua batería militar de principios del siglo pasado en el que hubo que integrar la parte histórica y de arqueología militar e industrial en el entramado del diseño. Para ello, se utilizaron los enormes cañones Vickers de 381 mm y casi 20 metros de largo como puntos focales del diseño a partir de los cuales se distribuyeron las cuencas visuales, la morfología del terreno y el hilo museístico del parque vinculándolos con otros elementos castrenses o paisajísticos. La verdad es que es un parque fantástico que partía de la gran ventaja de ser un balcón a la ciudad de La Coruña y sus playas y creo que fuera cual fuera su diseño, el éxito estaba garantizado. Hace poco tiempo salió como uno de los 10 mejores parques públicos más visitados de España, el 5 según Traveler. Es un gran orgullo ver que la gente lo utiliza y valora. Mi experiencia personal es muy fuerte pues aparte del diseño y ejecución, fui el responsable de su gestión durante más de 20 años en el que desarrollamos numerosos proyectos de mejora con otros grandes profesionales en la empresa en la que trabajaba. Tengo muchas anécdotas de esos años, pero la más íntima es que estuvimos trabajando muy intensamente en un proyecto urgente para la cúpula mirador que hoy se puede observar en el parque, el caso es que estuvimos inmersos en ese trabajo hasta las 00:00 el día anterior a mi boda… gran esfuerzo pero que ha valido la pena, estoy muy orgulloso de ese parque, es como una parte de mi propia persona plasmada en elemento de infraestructura verde al que acuden más de 350 000 personas todos los años.

Esta entrada tiene un comentario
  1. ¡Fenomenal Pedro! Infraestructura verde en las ciudades ayuda sin duda a la mejora de la salud de la población. Desde el punto de vista de los pequeños/as, que no pueden decidir ni qué hacer, ni dónde… Es muy importante que el diseño de los espacios públicos promueva la actividad física y el juego para todos.

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