Azucena Santillán, la ‘tía columpios’ que luchó por los parques infantiles a lo largo de toda la pandemia
Quizá hayáis oído hablar de una mujer que, desde el comienzo de la pandemia, estuvo luchando por mantener abiertas las áreas de juego infantil a lo largo de todo este tiempo. Ella es Azucena Santillán. Una enfermera que, día tras día, desde hace más de un año, ha trabajado a través de la divulgación científica por mantener abiertos los parques infantiles a lo largo de los momentos más complicados de la pandemia.
Gracias a su blog ebevidencia.com ha podido difundir información muy importante para que estos espacios tan importantes para la salud física y mental de los más pequeños puedan mantenerse abiertos. Su interés y empeño en que estos entornos no estén cerrados han tenido su eco en medios como el Diario de Burgos, donde le hicieron una entrevista, así como en varias cartas emitidas por la Revista Científica del Colegio de Enfermería de Granada, o a la Asociación de Enfermería Comunitaria, y publicando artículos como ‘Arquitecturas, pandemias y espacios al aire libre’.
Su insistencia le ha llevado, incluso, a ser motejada como ‘la tía columpios’ por una persona algo molesta por ver cómo Azucena Santillán ha seguido, día tras día, no solo publicando artículos científicos en los que ha cuestionado la utilidad de tener los parques infantiles cerrados para detener la pandemia, sino apelando a todas las autoridades y las asociaciones de madres y padres para que no quede cerrado un solo espacio de juegos al aire libre.
Su pasión por el cuidado y el respeto de un elemento tan esencial para la infraestructura verde como lo son los espacios infantiles es lo que nos ha impulsado para realizarle la siguiente entrevista.
¿Quién es Azucena Santillán?
Soy una enfermera que entiende que el cuidado va más allá de la asistencia a pie de cama o en una consulta. Me interesa mucho la salud pública y que haya salud en todas las políticas, por eso soy muy activa en el ámbito social.
¿Cómo ha sido este año de pandemia para una profesional como usted?
Una vez superada la fase inicial de miedo y estrés, a mi me ha supuesto un periodo de aprendizaje muy interesante. De manera habitual recapitulo y sintetizo literatura científica que de respuesta a distintas cuestiones relacionadas con la salud y los cuidados, así que estos meses he estado muy entretenida.
¿De qué trata su blog Enfermería Basada en Evidencias?
Es un blog que promueve los cuidados basados en datos científicos, en rigor, en ciencia. Con ello lo que se persigue es que los cuidados de la salud no se realicen por costumbre (“siempre se ha hecho así”), sino que se actualicen al ritmo en el que van a pareciendo investigaciones con nuevos datos.
¿Hasta qué punto es importante la difusión científica en el contexto actual?
Es importantísima, pero sobre todo desde el punto de vista de a calidad y la veracidad. Hoy en día es muy fácil difundir todo tipo de contenidos y por desgracia proliferen los bulos en salud. Prueba de ellos son los diversos bulos que se viralizaron durante la pandemia y que solo contribuían aumentando el desconcierto y la desconfianza de la población. Por eso es importante que el conocimiento científico llegue a todo el mundo y para que eso suceda debe adecuarse el lenguaje (para que realmente sea contenido divulgativo) y adaptarse a los nuevos medios (redes sociales, TikTok, etc.).
En su blog tiene un espacio, el rincón del divulgador, en el que explica cómo realizar comunicaciones, ¿se hace poca pedagogía a los profesionales para que estos puedan difundir información científica?
En mi opinión, sí. No se nos enseña a tratar con los medios de comunicación cuando en realidad son firmes aliados con los que podemos establecer sinergias maravillosas. Uno de mis lemas es “comunicar también es cuidar” y por eso incido en la necesidad de aprender a comunicar y divulgar.
¿En qué momento decide utilizar este medio como herramienta para denunciar la situación que viven los parques infantiles de algunas ciudades desde el comienzo de la pandemia?
Mas que el blog lo que he utilizado han sido las redes sociales. Me di cuenta de que había muchísima heterogeneidad en el estado de los parques infantiles públicos y que eso generaba una tremenda inequidad. Privar a los niños de estos espacios al aire libre no tenía sustento científico y sin embargo era potencialmente dañino para los niños. Ellos lo han percibido como un castigo, ha dificultado aún más sus relaciones sociales y ha generado cierto sentimiento de desafección hacia las medidas de control de la pandemia. Con frecuencia la policía o los servicios de protección civil tenían que restaurar los precintos que alertaban de la prohibición porque eran los propios padres, o incluso los niños, los que los retiraban. ¿Qué mensaje se ha transmitido a los niños con estas actitudes? Cerrar los parques al principio de la pandemia tuvo su lógica porque se tenía poco conocimiento sobre el coronavirus y sus medios de transmisión. Sin embargo, una vez que se comprobó que se transmite por el aire, especialmente por los aerosoles, cerrar los parques infantiles no tenía sentido. Igual que no lo tiene la desinfección diaria.
¿Cómo ha sido la reacción por parte de las administraciones públicas? ¿Y por parte de la población?
Mi experiencia con las administraciones locales en este caso ha sido muy positiva. Lo cierto es que con frecuencia se limitaban a aplicar la normativa regional, y es en este caso cuando he tratado de poner el foco en la importancia de actualizar las normativas al ritmo que lo hacen las evidencias científicas (igual que se ha hecho al ritmo de los datos epidemiológicos). Por otro lado la respuesta de la población ha sido abrumadora, no solo por la colaboración en el estudio nacional sino por las muestras de apoyo y cariño hacia el proyecto. Gracias a los datos del estudio y a las evidencias científicas internacionales hemos podido acercar pruebas a los decisores políticos para conseguir que se abran los parques.
¿Hasta qué punto considera importantes los espacios verdes urbanos para la salud de la población?
Son importantísimos. A lo largo de la historia de la humanidad se han sucedido las pandemias, y la arquitectura y el urbanismo han influido en su control a través de la búsqueda de ciudades saludables. Desde un punto de vista salubrista podemos considerar ciudades saludables aquellas que favorecen los entornos naturales y que por tanto, tienen en cuenta de manera efectiva el medioambiente en el desarrollo de los espacios públicos. Parafraseando a Rem Koolhaas, “rediseñar los espacios públicos ya era necesario antes de la pandemia actual”. Debemos reflexionar sobre todas esas plazas duras cuya única razón es tener un parking debajo o por qué tenemos tantas calles sin un solo árbol. No es casualidad que en todos los concursos urbanísticos o arquitectónicos se proyecten imágenes llenas de árboles, plantas, espacios abiertos. Porque son elementos necesarios. Porque mejoran nuestra vida. Porque son parte de nuestra salud. Cada parque, cada espacio verde es un tesoro que debemos valorar y proteger. No solamente utilizándolo de manera responsable, sino demandando cada vez más, bien cuidados y dotados. No son un lujo ni un adorno, son necesarios para tener una vida de calidad.
Por último, ¿podría decirnos un parque favorito o un espacio verde al que guarde especial cariño?
Estuve viviendo 3 años en Londres y esa ciudad esta plagada de parques absolutamente maravillosos. Guardo mucho cariño al Victoria Park, disfruté muchísimo de las actividades que allí se organizaban. En mi entorno cercano destaco el parque de la Isla, en Burgos. Lo recorrí cientos de veces de niña y lo he recorrido cientos de veces con mi hija.
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Lo que ha hecho esta enfermera es digno de alabanza. ¡Viva la tía columpios!