El secuestro de carbono podría ayudar a mitigar el cambio climático
El carbono orgánico del suelo responde al cambio ambiental global según su distribución.
Según un reciente metaanálisis publicado en “Science of The Total Environment” Rocci et al (2021), la respuesta del carbono orgánico del suelo al cambio ambiental global depende de su distribución entre la materia orgánica asociada a minerales y la materia orgánica particulada.
El carbono orgánico del suelo (COS), es posiblemente la mayor reserva de carbono terrestre, y desempeña un papel importante en el ciclo global del carbono (C), que puede verse afectado significativamente por cambios globales en la fertilización con nitrógeno (N), el aumento de dióxido de carbono (CO2), el calentamiento climático y el aumento o disminución de la precipitación.
Se considera que la captura de carbono transformándolo en materia orgánica en el suelo es una de las mejores estrategias para la mitigación de los efectos de cambio climático. Sin embargo, nuestra capacidad para detectar y predecir con precisión el impacto de estos cambios globales en la dinámica del SOC sigue siendo limitada. El objetivo del metaanálisis es investigar las respuestas de las fracciones de carbono del suelo al cambio global.
Los datos disponibles apuntan a que todas las fracciones de carbono orgánico del suelo aumentan con la fertilización mediante nitrógeno. No obstante, el carbono orgánico particulado disminuye con el calentamiento atmosférico, pero aumenta con el dióxido de carbono elevado.
De esta manera, se especula con la idea de que uno de los beneficios del manejo ecológico o regenerativo de los suelos es la posibilidad de mitigar el cambio climático mediante el secuestro de carbono.
Biológicamente hablando, el carbono del suelo es un recurso valioso para el manejo agrícola, pero no todo el carbono del suelo es igual. La materia orgánica particulada está formada por fragmentos orgánicos descompuestos, contiene menos nitrógeno, pero en forma de alta disponibilidad, y es muy vulnerable al manejo (como la labranza) que perturba el suelo.
La materia orgánica asociada a minerales consiste en recubrimientos microscópicos sobre partículas del suelo, se deriva de los restos de microorganismos y compuestos vegetales, y contiene más nitrógeno por unidad de carbono, pero con disponibilidad limitada.
La diferencia clave entre estos dos tipos de carbono del suelo es que la materia orgánica asociada a minerales está adherida a las partículas del suelo, por lo que permanece allí durante mucho tiempo.
Hay muchas formas de mantenerlo, como mantener la cobertura vegetal en los campos durante todo el año, mantener cultivos diversos que incluyen leguminosas con alto contenido de nitrógeno y plantas perennes con raíces profundas, minimizar la labranza, y mantener un equilibrio natural del microbioma. La descripción general de cómo se forman y funcionan las partículas y la materia orgánica asociada a minerales ha sido conceptualizada por Jocelyn Lavallee et al (2019) .
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