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El Parque Fluvial del Besòs y la recuperación de espacios degradados por la contaminación

El Parque Fluvial del Besòs y la recuperación de espacios degradados por la contaminación

Este espacio verde, ubicado a lo largo de los últimos nueve kilómetros del cauce del río Besòs y con una superficie de 115 hectáreas, es uno de los espacios verdes más importantes de la región metropolitana de Barcelona.

El proceso de industrialización de las ciudades que rodean el río Besòs generó a partir de los años 60 un problema de contaminación que obligó a las instituciones a aplicar medidas de saneamiento tres décadas después.

Actualmente, dos millones de personas visitan cada año el parque, donde realizan actividades deportivas o divulgativas, y sus tres lagunas artificiales albergan a más de 200 especies.

De ser una alcantarilla de residuos industriales a convertirse en un espacio verde con más de dos millones de usuarios al año. Esta es la historia de la reconversión del Parque Fluvial del Besòs, en el entorno metropolitano de Barcelona. Un pulmón verde que está ubicado en los últimos nueve kilómetros del cauce del río Besòs y consta de 115 hectáreas y diferentes zonas naturales, donde se ha recobrado la biodiversidad gracias a medidas de saneamiento impulsadas desde las instituciones locales.

La recuperación medioambiental de la cuenca del río Besòs, a mediados de los años noventa, fue un compromiso adquirido mediante un convenio de colaboración intermunicipal por los Ayuntamientos de Barcelona, Montcada i Reixac, San Adrià de Besòs y Santa Coloma de Gramanet.  Tras la incorporación del Consorcio para la Defensa de la cuenca del río Besòs, se ejecutó el proyecto ‘Recuperación medioambiental del tramo final del río Besòs’ con un importe total de 37 millones de euros y una subvención del 80% del coste por parte de los fondos de cohesión de la Unión Europea.

El conjunto del Parque Fluvial del Besòs está divido en tres áreas. Las zonas húmedas se hallan en los tres primeros kilómetros de este espacio donde existen lugares de prado fluvial, playas, islas, meandros y 60 parcelas. Las zonas de uso público se extienden a lo largo de cinco kilómetros de cauce, con vegetación en ambos márgenes, y son accesibles mediante rampas y escaleras que conducen a una amplia franja de césped transitable. La desembocadura es la última zona del parque y es un lugar estratégico por su interés ecológico y paisajístico.

En la actualidad, la Diputación de Barcelona es la institución responsable de la gestión del Parque Fluvial del Besòs y contribuye a garantizar los objetivos básicos de este espacio verde:

  • Mejora de la calidad ambiental y paisajística
  • Mejora del efluente de la estación depuradora de Montcada i Reixac, mediante la implantación en el cauce de un tratamiento terciario basado en la generación de zonas húmedas
  • Mejora de la capacidad hidráulica del río
  • Aprovechamiento controlado de determinadas zonas del cauce del río para el ocio de la ciudadanía

El horizonte de las actuaciones en este parque fluvial pasa ahora por extender la renaturalización hasta el municipio de Montcada. Esta rehabilitación hará posible la creación de un corredor ecológico entre ambas zonas y podría concluir en 2027, gracias a la financiación de los Fondos Next Generation.

Esta iniciativa contribuye a la recuperación socioambiental de los espacios fluviales, al igual que las Medidas de Naturaleza y Medio Ambiente Urbano (PSG) contempladas en el Plan Metropolitano de Barcelona.

La atracción de nueva fauna, entre los logros de la renaturalización

La reconversión de la cuenca del río Besòs en un parque fluvial ha permitido que en las últimas décadas este espacio verde haya comenzado a atraer nuevas especies animales, además de recuperar otras ya existentes que se encontraban en peligro de extinción.

Como detalla un reportaje publicado en el diario El País, en la actualidad han atraído a pájaros como el Martín Pescador, que es “uno de los más bellos y reconocibles del paisaje catalán”. También se han instalado otras especies como la anguila y la nutria europeas, depredadora esta última de invasores como el cangrejo americano.

Aprovechando la infraestructura existente, los gestores del Parque Fluvial han habilitado ‘hoteles’ para garantizar la presencia de aves como el halcón abejero, los vencejos y los murciélagos, y han construido refugios para polinizadores como la abeja común.

En total, el Parque Fluvial del Besòs acoge en sus lagunas más de 200 especies entre las que destacan aves, mariposas, peces y mamíferos.

Un espacio didáctico y de investigación en materia de biodiversidad

El Parque Fluvial del Besòs pretende convertirse, además, en un espacio de biodiversidad con actividades didácticas y de investigación. Muestra de ello es la convivencia en su laguna didáctica de patos azulones, garzas reales, cernícalos y gaviotas reidoras.

También se trabaja desde el Área Metropolitana de Barcelona y el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet en la puesta en marcha del Refugio de la Biodiversidad, en la margen derecha del río Besòs. Esta iniciativa pretende mejorar la calidad ambiental del espacio fluvial y desarrollar la biodiversidad de flora y fauna, al tiempo que funciona como un aula al aire libre donde familias y escuelas pueden aprender, conocer y observar diferentes especies naturales.

La dinamización de este espacio verde contará además con una intervención cultural en la que 30 artistas darán forma y color al museo de arte urbano más extenso del mundo, con un total de ocho kilómetros.

Así es como el Parque Fluvial del Besòs continuará avanzando hacia su renaturalización e impulsará su potencial como espacio verde referente en biodiversidad, una vez revertidos los efectos de décadas de degradación medioambiental.

Más información en el siguiente enlace.

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