El cuidado del suelo, fundamental en la prestación de servicios ecosistémicos
En el Día Mundial del Suelo, que se celebra cada 5 de diciembre desde 2014, reivindicamos el papel que este recurso natural desempeña en materia de biodiversidad, regulación del agua y producción de especies vegetales, como las flores y determinados alimentos.
El cambio climático y la actividad humana están degradando los suelos, con un coste económico que supone 112 euros al año a cada europeo, según la organización Salvemos el Suelo.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya advirtió en 2022 de que la mayor parte de los suelos con niveles más altos de biodiversidad y servicios ecosistémicos no cuentan con la protección adecuada.
Cuidar y conservar el suelo resulta fundamental para que este recurso natural contribuya a un mejor funcionamiento de nuestros servicios ecosistémicos y cumpla otras funciones destacadas en materia de biodiversidad, infraestructura verde y alimentación. Con motivo del Día Mundial del Suelo, que se celebra el 5 de diciembre desde 2014, explicamos en este artículo diferentes motivos por los que debemos contribuir a su cuidado, tanto con pequeñas como grandes acciones en nuestra vida diaria.
La degradación del suelo es, desgraciadamente, una evidencia destacada por la ONU y otros organismos como la FAO, debido al cambio climático y la actividad humana. El aumento de cierta producción industrial y su consiguiente contaminación atmosférica, y el cambio de hábitos de nuestra vida diaria con nuevos modos de consumo, desplazamiento y alimentación son dos factores que impactan de manera directa en la pérdida de calidad de este importante recurso natural.
En uno de sus informes, la ONU subraya que el 95% de los alimentos que consumimos son posibles gracias a dos recursos naturales: el suelo y el agua. Sin ellos, sería imposible para el ser humano producirlos. Lo mismo ocurre con las especies vegetales que conforman la Infraestructura Verde de nuestras ciudades. Necesitan un suelo bien conservado para que, a través del riego, las plantas puedan absorber los nutrientes y, de esta manera, florecer y llenar de color y vida las plazas, calles y espacios públicos del paisaje urbano.
En la actualidad, muchos suelos se encuentran, como venimos señalando, en un estado de degradación. Las prácticas inadecuadas afectan a la erosión, la biodiversidad, la calidad y la fertilidad del suelo, así como a su capacidad para almacenar agua. Se estima que un suelo sano, enriquecido con materia orgánica, es capaz de albergar 250 litros de agua por metro cúbico, tal como se apunta desde Naciones Unidas, y ello favorece la gestión de las aguas pluviales a través de la infraestructura verde.
La importancia de este recurso natural ha llevado a entidades como el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (IRNAS-CSIC), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a liderar un estudio que aporta una primera estimación sobre los puntos calientes para la conservación de la naturaleza del suelo. La investigación, publicada en la revista Nature, sitúa estos lugares en los trópicos, el norte de Europa y de América, y en Asia. Además, concluye que la mayoría de los suelos con niveles más altos de biodiversidad y servicios ecosistémicos no cuentan con la protección adecuada.
Junto a este estudio, hay otros datos que evidencian las consecuencias de la degradación del suelo. La organización Salvemos el Suelo indicó en un reportaje, publicado en Efe Verde, que la degradación de la tierra y el suelo en Europa le cuesta a cada ciudadano europeo unos 112 euros al año, dentro de una cifra global que asciende a 50.000 millones de euros para la Unión Europea.
Ante esta situación, las administraciones, entidades y compañías vinculadas al sector de la Infraestructura Verde trabajan en iniciativas como la desartificialización del suelo. Se trata de una medida, que es también conocida como ‘Ingeniería ecológica’, cuyo objetivo es fomentar la resiliencia de los sistemas vivos para reconstruirse y optimizar los servicios ecosistémicos que prestan.
Así, las acciones que debemos mantener y fomentar han de estar encaminadas a aplicar técnicas de gestión que permitan la reconstitución de ambientes naturales y la restauración de suelos naturales degradados, con el objetivo de garantizar el funcionamiento de los servicios ecosistémicos.
Leer más en https://www.un.org/es/observances/world-soil-day
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