El carbono almacenado en los parques favorece su mantenimiento y sostenibilidad

Una investigación liderada por el CSIC ha evaluado por primera vez los factores controladores y la sensibilidad del carbono al calentamiento global en zonas verdes urbanas

El estudio, que ha sido publicado en la revista Nature Climate Change, demuestra que estos espacios juegan un papel importante en el secuestro mundial de carbono

Estas zonas constituyen una parte fundamental de las ciudades y favorecen la salud de sus habitantes y la regulación de las olas de calor

Los parques urbanos representan el único espacio de contacto con la naturaleza para los habitantes de muchas ciudades. Aunque en ocasiones su presencia puede asociarse a motivos puramente ornamentales, la realidad es que estos espacios juegan un papel importante en el secuestro mundial de carbono y cumplen con funciones esenciales para garantizar la vida en nuestro planeta. Así lo demuestra una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicada en la revista Nature Climate Change.

Esta investigación, coordinada por el Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosistémico (BioFunLab) del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, consigue realizar una evaluación, por primera vez, de la cantidad, los factores controladores y la sensibilidad del carbono al calentamiento global en zonas urbanas. Una de las primeras hipótesis confirmadas por este estudio es que las altas temperaturas aumentan la vulnerabilidad del carbono, que se pierde a la atmósfera, y el suelo es incapaz, por lo tanto, de secuestrar ese carbono.

La aportación de las zonas verdes urbanas como servicio ecosistémico abarca desde el entreno del sistema inmune y la mejora de la salud física y mental hasta la regulación de las olas de calor e inundaciones. También cumplen un papel importante en el secuestro mundial de carbono, lo que permite mitigar las emisiones de CO2 y los efectos del cambio climático. Una función que ya hemos abordado en esta sección de artículos

Manuel Delgado Baquerizo, investigador principal de este estudio liderado por el CSIC, explica que “el carbono almacenado en los parques favorece el mantenimiento de la biodiversidad del suelo y facilita la sostenibilidad de nuestros parques”. Estos beneficios conllevan “un menor gasto para las arcas públicas”, añade el principal responsable de este estudio, que incluye muestras de 56 ciudades de todos los continentes.

En un contexto de cambio climático, el estudio demuestra que “los parques urbanos de todo el mundo tienen una cantidad equivalente de carbono en el suelo a zonas naturales cercanas a las ciudades”. Además, el carbono almacenado en las zonas naturales y en los parques urbanos está controlado por los mismos factores climáticos. “Las ciudades más cálidas tienen un menor contenido en carbono en el suelo de parques urbanos y ecosistemas naturales”, apunta Delgado Baquerizo.

Los microbios del suelo, los principales controladores del carbono en zonas urbanas

Al margen de las similitudes respecto a los factores climáticos, el carbono de las ciudades y el de las zonas naturales están regulados por factores biológicos diferentes. “En ecosistemas naturales, la productividad primaria y la descomposición de materia orgánica definen la entrada de carbono, pero esta relación podría estar perturbada por el manejo de las comunidades de plantas realizado en sistemas urbanos. Nuestro estudio demuestra que los microbios del suelo son los principales controladores del carbono en zonas urbanas”. indica Tadeo Sáez, miembro del BioFunLab y coautor del artículo.

Para garantizar la función reguladora del carbono de los suelos de parques urbanos por parte de los microbios, se han de diseñar planes de acción dentro de la gestión de la infraestructura verde. “Futuros parques y políticas urbanas deberían tener en cuenta el microbioma del suelo para retener el carbono y su capacidad para mantener múltiples servicios ecosistémicos y la sostenibilidad de nuestros parques”, defiende Delgado Baquerizo.

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