Diversidad en el diseño de plantación, ¿es una solución a los desafíos por la biodiversidad?

La creciente urbanización y artificialización del territorio hace que el diseño del paisaje adquiera una mayor responsabilidad cada vez mayor en la conservación y la promoción de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Los paisajes diseñados deben ser cada vez más resistentes a rápidos cambios ambientales y a eventos climáticos extremos e impredecibles.

La tendencia actual obliga a los paisajistas a incorporar principios ecológicos en su trabajo, especialmente en la selección de especies de plantación que se esfuerce por acercarse al ecotipo local y a incrementar la biodiversidad a nivel genético, tanto de especies como de ecosistemas.

Muchos profesionales comprenden la importancia de aumentar la diversidad de especies y hábitats, pero en el diseño urbanístico actual falta conocimiento botánico y enfoque profesional a la hora de incorporar de forma práctica los beneficios que aportan la variedad genética y la diversidad de especies en los diseños de plantación.

El mercado de producción de planta tampoco ofrece toda la diversidad genética que sería deseable. Para que la capacidad de resistencia y resiliencia de los diseños paisajísticos ante el caos climático, enfermedades, plagas, y a circunstancias cambiantes, persista a largo plazo, y mantengan la capacidad evolucionar con los cambios ambientales, es imprescindible mantenerla diversidad en las propuestas de plantación y de conservación a largo plazo, tanto en entornos naturales como diseñados.

Una tendencia creciente es intentar prescindir de cultivos constituidos por una sola variedad producida masivamente a partir de la clonación de una sola planta, utilizar variedades o especies producidas en proximidad que estén bien adaptadas a las condiciones urbanas y aumentar el número de variedades o cultivares de cualquier especie, fomentando plantaciones numerosas y densas.

De esta manera, y de forma ideal, al seleccionar múltiples variedades o cultivares para un proyecto, los paisajistas deberían seguir ciertas pautas. Por ejemplo, elegir variedades o cultivares que tengan su origen en la zona donde se ubica el proyecto, y que se adapten bien a las condiciones de este.

Seleccionar variedades o cultivares que florezcan en diferentes momentos durante la temporada puede ayudar a reducir la probabilidad de fertilización cruzada al mismo tiempo que beneficia a los polinizadores, y así, se puede lograr una gestión resiliente que favorezca la biodiversidad.

Fomentar plantaciones complejas ayuda a mantener distintas variedades y tipos de cultivares, ya que las plantas favorecen la formación de comunidades. Prever el impacto de esta complejidad en el futuro mantenimiento es también esencial.