Consejos y cuidados de un jardín junto al mar
Cuando se dispone de una casa con jardín en la costa o se vive cerca del mar, es necesario saber que esa proximidad puede afectar a las plantas. Para evitar estos efectos, basta con seleccionar aquellas especies de árboles, arbustos y flores más resistentes para un jardín junto al mar. Por ello, queremos daros una serie de consideraciones para su cuidado.
Consejos para cuidar un jardín junto al mar
A la hora de diseñar un jardín o tener que elegir plantas para cultivar en zonas costeras, hay tres puntos que no podemos dejar pasar por alto, siendo fundamentales y decisivos para nuestro jardín: la sal, el viento y el suelo arenoso.
La combinación de estos 3 elementos son muy dañinos y perjudiciales, para una gran cantidad de especies, llegando a provocar la deshidratación, la erosión (dejándolas ralas, sin hojas y con severos daños en la estructura) y ciertos grados de quemaduras.
- La sal: El salitre del agua se deposita tanto en las plantas como en el suelo. El agua se pulveriza cuando rompen las olas en la playa, se desplaza con el viento y se posa en el primer obstáculo que se encuentra, que puede ser nuestro jardín.
- El viento: Si la fuerza del viento es muy fuerte y la arena de la playa es muy fina, junto a las gotitas de agua marina, viajan también granos de arena.
- Suelo arenoso: la tierra se ensucia con la sal marina, afectando al crecimiento de la planta.
Entonces, ¿cómo podemos cuidar un jardín junto al mar? Para combatir esta situación sólo hay que tomar una serie de medidas con respecto a la tierra o el agua.
1. Elegir un terreno poroso
Es la solución idónea para que el salitre no se acumule en la tierra de nuestras plantas. Y es que, si se opta por una superficie arcillosa, hay que tener en cuenta que, debido la sal, se formará una costra en el suelo que afectará negativamente a la vida de las plantas.
La arena de la playa no debe utilizarse en ningún caso, porque además de estar prohibido por ley, las sales que contienen son muy perjudiciales para el jardín.
2. Regar correctamente
El método más recomendado para el riego es pulverizar el agua y mojar bien todas las partes verdes para limpiarlas del salitre que se acumula.
Para regar el jardín lo más cómodo es hacerlo con aspersores. Si se opta el riego por goteo, con el paso de los años, aparecerán problemas de acumulación de sal en los orificios de salida de los tubos y se tendrán que limpiar o sustituir por otros.
3. Elegir el césped adecuado
Existen algunas especies que resisten mejor las condiciones adversas. Las más conocidas son las gramas, un césped rústico que consume menos agua y se siega con menos frecuencia, aunque las hojas del césped se tornan amarillas con las temperaturas bajas del invierno.
Se recomienda sembrarlo a partir de primavera o plantarlo por esquejes. Destaca una variedad americana, llamada gramón americano, que tolera más la sal y apenas amarillean las hojas, aunque haga mucho frío.
4. Frenar el salitre
El mejor método para evitar la acumulación del salitre es la construcción de una barrera física en la que choque el viento marino para atrapar las partículas de sal. Es preferible que esta barrera sea permeable a totalmente opaca. Por ello, uno de los parapetos más utilizados es la valla con brezo seco, ya que amortigua la fuerza del viento con más efectividad que una pared porque hace que el viento cree un remolino detrás sin llegar a perjudicar la propia barrera.
Es importante destacar que cualquier seto vegetal creado con una planta resistente a la sal es igualmente efectivo. Tan sólo hay que fijarse en que la planta sea de hoja persistente y alcanzar cierta altura para proteger las plantas.
Siguiendo estos consejos, disfrutarás de un jardín junto al mar bien cuidado y precioso todo el año.