¿Cómo combinar las plantas en un jardín? Sácale el máximo partido a tus flores
Un jardín no es sólo las plantas, caminos y mobiliario que escojamos, también es muy importante cómo organizamos los elementos que lo componen. Es por esto, por lo que a lo largo de este artículo te ayudaremos en cómo combinar las plantas en un jardín, atento a los siguientes consejos.
LA ESTRUCTURA DEL JARDÍN
Lo primero es lo primero, hay que asentar unas bases para poder organizar los elementos de nuestro jardín de la mejor forma posible. Para empezar, tenemos que marcar las estructuras que componen nuestro pequeño espacio verde, los caminos, terrazas y zonas de plantación.
Una vez tenemos claros estos conceptos, podemos pasar al punto clave, el de elegir plantas y arreglarlas de manera que luzcan todas ellas formando un conjunto armonioso.
¿CÓMO COMBINAR LAS PLANTAS EN UN JARDÍN?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que las plantas que van a ir juntas en un grupo deben de tener unas necesidades similares de luz, agua y terreno. En zonas que reciban una gran cantidad de sol, es recomendable plantar especies que disfruten de mucha luz, y viceversa en espacios con más sombra.
Sin embargo, siempre se puede jugar con las alturas, de manera que plantar plantas más grandes que recojan la mayoría de luz, puede permitirte desarrollar especies más pequeñas debajo de las más altas.
El siguiente paso importante antes de plantar, es la de organizar tus especies en grupos con necesidades hídricas similares. Para posteriormente ubicar la vegetación definiendo capas verticales y horizontales, creando un patrón repetitivo de las plantas con las que conectar visualmente los espacios ajardinados.
¿Cómo combinar las plantas en un jardín? Respecto a las combinaciones de colores, es algo muy personal, y que recomendamos que tomes tu tiempo en elegir lo que deseas expresar en consonancia con tu personalidad.
En este sentido, la combinación de colores cálidos genera atracción, estimulando al espectador y haciéndolo sentir más cercano a la vegetación.
Los colores frescos, como son los violáceos, azules y verdes, son más tranquilos por lo expresan sensaciones más sosegadas y estables.