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Buenas prácticas para el fomento de la biodiversidad: pequeñas acciones con grandes resultados

Buenas prácticas para el fomento de la biodiversidad: pequeñas acciones con grandes resultados

El trabajo sostenible e integral en el paisaje urbano preserva las especies locales y contribuye a la creación de nuevos espacios verdes.

La utilización de flores ornamentales y silvestres, combinadas con especies arbóreas como los setos, favorece la presencia de polinizadores en parques y jardines.

Cuidar, proteger, mantener y hacer crecer la biodiversidad es uno de los asuntos de mayor actualidad en el sector de la Infraestructura Verde. Se trata de una tarea que afrontan desde las instituciones apoyados por la experiencia, el conocimiento y la innovación de empresas y compañías especializadas, y de la que todas las personas pueden formar parte. Con pequeñas y buenas prácticas se puede influir en una gran cantidad de especies de flora y fauna y alcanzar grandes resultados.

Entidades como SEO Bird Life defienden la importancia de llevar a cabo un trabajo sostenible e integral que preserve las especies locales, atraiga animales con la habilitación de refugios y contribuya a la creación de nuevos espacios verdes. Entre las prácticas que se plantean para favorecer la biodiversidad, se encuentra la puesta en marcha de un listado de especies vegetales aptas para los distintos entornos y de un jardín biodiverso aplicable a la jardinería urbana.

Por otro lado, es recomendable utilizar plantas autóctonas porque requieren menos mantenimiento y cuentan con una amplia red de interacciones con la fauna local. En este sentido, se deben evitar las plantas exóticas invasoras por la posibilidad de que generen problemas ambientales. También ayuda a conservar la biodiversidad en los parques la plantación de setos que aporten alimento, refugio y zonas de reproducción para la fauna, aunque hay que evitar la poda de estos entre los meses de mayo y agosto para que puedan acudir a ellos en busca de soporte para reproducirse.

Además, se ha de limitar la superficie de pavimentos artificiales a las necesidades reales, puesto que la proporción de suelo permeable en las zonas verdes es un buen indicador de su valor. Y otra de las recomendaciones es evitar el uso de plaguicidas al tratarse de productos bioacumulables de elevada toxicidad.

Generar una estructura favorable de flora y fauna en los espacios verdes

Con el objetivo de atraer a determinadas aves a los parques y jardines se pueden instalar comederos, dormideros o nidos utilizando elementos naturales que no interfieran en el crecimiento de las especies vegetales ni una alteración estética del paisaje. Para los insectos o la microfauna se pueden seleccionar los suelos y plantas de manera específica para que se mantengan. Como ejemplo, las charcas artificiales y los troncos son lugares de estancia para determinadas especies, como los anfibios o pequeños mamíferos como el erizo.

También es conveniente generar una estructura compleja con elementos de diferentes edades y tamaños, combinar diversas especies de árboles y arbustos, utilizar especies caducifolias y perennifolias e introducir especies productoras de frutos. Todo ello, desde un enfoque de biodiversidad espontánea y teniendo presente a las flores ornamentales y silvestres que atraen a abejas, mariposas y otros insectos.

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