Los jardines en la historia del arte
Comprender la naturaleza, entender lo que nos transmite lo que nos rodea, desde el principio, los humanos hemos intentado comprender el mundo en el que estamos, en una constante pugna entre el raciocinio y los sentimientos.
Con el arte rupestre, imprimimos la caza, la vida mágico-religiosa que tuvo la prehistoria, cuando no comprendíamos nada de lo que sucedía a nuestro alrededor. Un enfoque que se transmitía a través de unas primeras creaciones que integraban la religión y la vida cotidiana en el arte.
Una línea conceptual que perdura a lo largo del arte antiguo y del arte clásico, donde la mitificación, la adoración a reyes, faraones, emperadores y a los dioses,
Una visión del arte en la que los paisajes son meros decorados, escenarios donde plasmar batallas épicas o iconografía religiosa. Este último punto, sería exacerbado a lo largo de la mayor parte de la Edad Media.
LOS JARDINES GANAN IMPORTANCIA EN LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA
No sería hasta cercano el final de esta, donde, el paisaje comienza a concebirse como una obra divina, cuya representación hace de referencia implícita al Dios cristiano. Motivo por el que se empieza a dar mucha más importancia a los paisajes.
Es en el Renacimiento donde se impulsa definitivamente el paisaje, con parques y jardines siendo el eje de las piezas artísticas. Cuadros donde la interacción entre la naturaleza y lo divino era fundamental para la expresión artística.
Un gran ejemplo es el “Jardín de las delicias” de El Bosco, una de las piezas artísticas más fascinantes e interesantes de toda la historia, donde el artista representa a la humanidad en un impresionante jardín.
A lo largo de las siguientes épocas, los jardines comenzarían a ser pieza fundamental, tanto de la manera de comprender las ciudades, como del arte. En el barroco tenemos un gran ejemplo con “La Villa Medici” de Velázquez.
El barroco daba paso al Rococó, que exacerba los componentes del arte, por lo que la naturaleza se impulsa en la expresión artística, y la jardinería es un componente importante de la misma, como podemos apreciar en El Columpio de Fragonard.
LOS JARDINES COMO PIEZA FUNDAMENTAL EN LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA
Los jardines como pieza fundamental en la creación artística alcanzarían su cénit con la llegada de la época contemporánea. El romanticismo mostraría una visión de la naturaleza a través de la jardinería muy sensible, tenemos el ejemplo de John Constable, con “La Catedral de Salisbury, vista desde el jardín del palacio arzobispal”.
La naturaleza urbana como eje expresivo de la vida cotidiana, es la canalizadora de numerosas obras impresionistas, neoimpresionistas y postimpresionistas. Impresionantes ejemplos de la floristería y la jardinería como eje son Monet con “Puente Japonés”; “Tarde de Domingo en la isla de la Grande Jatte”, de Georges Seurat; y también la serie artística de Van Gogh de “Los Girasoles”.
UN VIAJE HASTA EL AHORA
Desde el siglo XX hasta nuestro momento, el arte evoluciona a partir de las vanguardias. En una desfiguración fantástica de la realidad, de los sentimientos. El enfoque cambia, de esta manera, la forma que tienen los artistas de utilizar a los jardines en sus obras.
Ejemplos esenciales de los jardines como eje artístico serían: “Casa en un jardín” de Pablo Picasso; o “El Campo Labrado” de Joan Miró. De la corriente cubista y surrealista respectivamente.
Actualmente, los movimientos artísticos de vanguardia, aportan muchos enfoques desde la jardinería, como último ejemplo, Leonid Afremov con su “Rain’s Rustle in the Park”; donde el parque urbano es el canalizador de emociones de la obra.