Antonio Morcillo: “El papel de las zonas verdes de proximidad es fundamental para los ciudadanos”
Antonio Morcillo, Subdirector General de Zonas Verdes y Arbolado Urbano del Ayuntamiento de Madrid, es una de las voces más destacadas en el sector de gestión del verde urbano.
Con más 30 años de experiencia profesional en administración medioambiental, ha trabajado inicialmente en la empresa privada y posteriormente como Jefe del Servicio de Montes Caza y Pesca en Guadalajara en la Junta de Castilla-La Mancha, Jefe de la Unidad de Medio Ambiente del Ministerio de Defensa, experto evaluador de proyectos medioambientales en la Comisión Europea (Bruselas) y en el Parlamento Europeo (Luxemburgo), antes de llegar al Ayuntamiento de Madrid, institución donde ejerce de Subdirector General de Conservación de Zonas Verdes y Arbolado Urbano.
Este conocimiento le ha servido para publicar la guía ilustrada de los 120 espacios verdes más importantes de Madrid, bajo el título “Parques y jardines de Madrid”. Un libro que trata sobre la riqueza verde de la capital.
¿Cuál ha sido el impulso para desarrollar esta guía?
Madrid es reconocida como una de las capitales más verdes de Europa, tanto en extensión de zonas ajardinadas como en número de árboles. No obstante, el visitante y el público en general suele conformarse con conocer y pasear por las joyas de la corona de la jardinería madrileña, como son los Jardines del Buen Retiro, el Capricho de la Alameda de Osuna, la Dehesa de la Villa o la Casa de Campo, por poner algunos ejemplos.
Sin embargo, Madrid es mucho más que eso. El papel que los parques de barrio y de distrito, es decir, las zonas verdes de proximidad, juegan en la ciudad, es fundamental, no solo para disfrute de los ciudadanos que viven cerca de ellos, sino por su contribución a los servicios ecosistémicos globales que aporta el bosque urbano de Madrid.
¿Cómo ha sido el proceso de investigación?
Afortunadamente, mi condición de funcionario del Ayuntamiento me ha permitido tener acceso a un gran volumen de información. Resulta evidente que, para los parques de carácter histórico o singular, la documentación que existe es ingente, si bien, sorprende comprobar la escasez de datos de los que se dispone en relación a estos otros espacios de proximidad, y la poca atención que han suscitado en los historiadores de la jardinería. La información que tenemos sobre ellos es fundamentalmente de tipo urbanístico, elaborada más por arquitectos que por especialistas en jardinería.
Por ello, tuve que hacer un gran -y por supuesto, gratificante- trabajo de análisis de documentación dispersa sobre los orígenes de estos parques de distrito. Puedo decir, como ejemplo, que ha sido casi imposible de determinar mediante documentación escrita incluso la simple fecha de finalización o inauguración de estos espacios, siendo de gran ayuda el análisis de series históricas de fotografías aéreas.
¿Cuál es el objetivo de la publicación de este proyecto?
Precisamente revertir esta situación, es decir, poner en valor el inmenso patrimonio verde que disfrutamos en esta ciudad y que está repartido por sus 21 distritos. Creo sinceramente que, si de algo ha de servir este libro, es precisamente para facilitar al público en general el conocimiento de un elevado número de parques públicos distribuidos por todos los rincones de Madrid, concretamente los 120 más destacados por su historia, importancia ambiental o extensión.
Ha trabajado en diferentes órganos de gestión, a nivel nacional y europeo, ¿qué diferencias hay en la gestión medioambiental desde un ayuntamiento y en la de una entidad como la Comisión Europea?
Me he sentido muy afortunado en mi vida profesional por poder conocer distintos ámbitos y enfoques para la gestión del medioambiente. En todas las responsabilidades que he ocupado, he aprendido y me he enriquecido. Concretamente, la gestión municipal de una gran ciudad como es esta, es tremendamente exigente. No hay un respiro, no se puede bajar la guardia en ningún momento, sea por la mañana, por la tarde, por la noche o en festivos y vacaciones. Se toman infinidad de decisiones de forma continua y ello hace que la gestión, como digo, sea muy compleja. En otros organismos más alejados del ciudadano, se dispone de más tiempo para la reflexión, pero la gestión municipal engancha, es un reto y sientes que puedes hacer algo concreto y real por mejorar la vida de los ciudadanos. Si además estás rodeado de un magnífico equipo técnico, todo se hace más sencillo.
¿Qué aspectos crees son fundamentales para optimizar y mejorar la gestión de la infraestructura verde urbana?
En estos momentos, debemos aprovechar lo que los últimos acontecimientos nos han enseñado, que no es otra cosa que el valor de los espacios verdes como espacios abiertos, espacios de salud, que generan múltiples beneficios físicos y psicológicos a todos. Los responsables de las políticas públicas tienen que apostar firmemente por ellos, dotarse de medios y recursos humanos y económicos suficientes para garantizar que sigamos beneficiándonos de su mera existencia.
¿Crees que hoy en día los recursos con los que cuentan ayuntamientos y administraciones son suficientes? ¿Cómo se podría impulsar la inversión en la infraestructura verde y los motivos para hacerlo?
Creo que la sociedad es cada vez más exigente y demanda participar en la gestión de lo público. Eso exige que las administraciones se adapten a esta realidad, lo cual precisa ampliar de forma notable las plantillas y rejuvenecerlas. No solo hablo de funcionarios, sino también del personal que desarrolla su trabajo en las empresas. La administración tiene que invertir en sí misma si quiere prestar un servicio de excelencia, no lo olvidemos, no podemos pretender gestionar en el siglo XXI con medios y organización más propios del XX, y esto es común para los tres niveles de la administración, pero más evidente para el nivel local, cada vez con más volumen de competencias y de exigencia.
Hay que garantizar la formación continua del personal. La gestión de las zonas verdes requiere un nivel de conocimientos y especialización muy superior al del resto de servicios urbanos con los que normalmente se nos compara. Manejamos seres vivos, de cientos de especies distintas, con necesidades singularizadas, en escenarios cambiantes, y eso supone una tremenda exigencia. No se pueden aplicar recetas preestablecidas, las decisiones son únicas para cada situación y ello requiere dar lo mejor de nosotros mismos. Podría decir que cualquiera de los que trabajamos en este sector podríamos pasar a ocupar una responsabilidad en otros sectores afines, pero no viceversa.
Por otro lado, una vez demostrado que el verde urbano es garantía de bienestar para la ciudadanía, se debería cambiar el enfoque que todavía ronda por nuestras cabezas, entendiendo que los recursos económicos destinados a esta materia no son un mero gasto, es una inversión que la sociedad recupera, sea en forma de mejor estado físico o de salud, de menores índices de contaminación, o incluso de mayor felicidad.
¿Cómo han cambiado los jardines en los últimos años? El tradicional parque de hace unas décadas, ¿cómo ha evolucionado para encajar en el bienestar de las personas?
El concepto ha cambiado, ha evolucionado. Antes hablábamos de parques y jardines, luego de zonas verdes y ahora de infraestructura verde. Pero lo importante no es la cuestión semántica, lo importante de verdad es que ahora sabemos con datos, con cifras, como influye un bosque urbano en la mejora del bienestar de la sociedad. Sabemos cuántas toneladas de CO2 se retiran de la atmósfera y quedan fijadas en los troncos de los árboles, sabemos cuántos kilos de contaminantes se captan, cuánta producción de oxígeno se genera, incluso es posible evaluar las incidencias médicas que se dejan de producir o el ahorro energético en edificios por la modulación que el verde urbano produce en el clima.
Es importante divulgar estos conceptos, y que el ciudadano sea un aliado de nuestras zonas verdes y arbolado. Tenemos también que dignificar la profesión jardinera, porque con unos parques bien cuidados, dotados de personal cualificado en los distintos niveles de responsabilidad, los beneficios ecosistémicos vendrán solos. Muchas veces olvidamos que no por hablar de conceptos elevados, éstos se van a manifestar; tenemos que trabajar duro, cuidar la base, ensancharla, para poder alcanzar esos objetivos que están en el vértice.
¿Crees que con la situación de la pandemia ha cambiado la percepción de la ciudadanía sobre los espacios verdes urbanos?
Como he citado antes, esto es una evidencia, y se puso de manifiesto en el alza en la demanda en viviendas de tipo unifamiliar o con jardín que se produjo durante el año 2020. Un jardín, un parque, es una fuente de salud y de bienestar, y es obligación de todos, no solo de las administraciones, velar por nuestras zonas verdes. Y aquí, el ciudadano es fundamental, pues también es responsable del buen uso de los espacios públicos. Es el concepto de corresponsabilidad, que parece que nos cuesta asumir, aun viendo que otros países de latitudes más al norte, lo comprenden mucho mejor que los países del sur.
¿Cuál crees que va a ser el mayor reto al que se va a enfrentar la infraestructura verde urbana en los próximos tiempos?
No cabe duda alguna: el cambio climático, que ya es una realidad, y que nos empuja a cambiar enfoques no solo en la gestión de lo que ya tenemos sino sobre todo en diseño de lo que está por venir.
También me preocupa la situación económica general, que con motivo de la recesión causada por el COVID y de otros acontecimientos de tipo político que se están sucediendo en Europa, está comprometida. En estos escenarios, los servicios públicos se resienten, y particularmente la gestión de las zonas verdes, o al menos así ha sido hasta ahora. Debemos convencer a los responsables políticos que el sector verde es estratégico, tan importante, si no más, que otros servicios que se prestan en una ciudad.
Por último, nos encantaría que compartieses con nosotros y los lectores de AEPJP un proyecto verde que quieras destacar, un estudio, o diseño de espacio verde de relevancia.
Esta es una pregunta comprometida para mí, ya que mi especialidad no es tanto el ámbito de los proyectos y las obras sino el de la conservación.
En la ciudad se han desarrollado en los últimos años una serie de proyectos emblemáticos, como por ejemplo Madrid Río o el parque forestal de Valdebebas, ambos ya muy consolidados. Actualmente, se están abordando inversiones importantes en la mejora de numerosos espacios verdes tales como el Parque de San Isidro o el Parque de la Gavia, que suponen una clara puesta al día de la que los ciudadanos se están beneficiando ya. Sin olvidar, por supuesto, otro tipo de actuaciones de carácter más horizontal, como las políticas de biodiversidad y de control de especies invasoras (se están finalizando los trabajos referidos al Plan de Fomento y Gestión de la Biodiversidad y al Plan de Control y Reducción de cotorra argentina y cotorra Kramer).
Pero quiero aprovechar esta oportunidad para manifestar -lo hago habitualmente- que lo más importante que se puede hacer en un municipio es poner a disposición los recursos suficientes para abordar el adecuado mantenimiento de lo que ya tenemos. Iniciaba esta entrevista poniendo de relieve que Madrid es una ciudad muy verde, y ¡que mejor tarjeta de visita que presumir de una adecuada gestión de las más de 6.000 hectáreas de parques y jardines municipales y más de un millón y medio de árboles! Hay que avanzar en la creación de nuevos espacios, pero también en garantizar el adecuado estado de lo que ya tenemos, y esto último, supone un compromiso a largo plazo y por lo tanto implica también mirar con luces largas. Esto nos suele costar más a todos, porque los resultados son menos espectaculares y vendibles, pero no por ello es una tarea menos importante.
Aquí finaliza la entrevista a Antonio Morcillo. Una charla, en la que el experto nos ha llevado por diferentes ámbitos de la gestión urbana, desde lo municipal a la Unión Europea, pasando por la actualidad del verde urbano, así como por experiencias y momentos que enriquecen el conocimiento de todos.
Desde la AEPJP agradecemos a Antonio su disposición.
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